________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ *** El Pequeño Labriego *** Edición de Enero de 2004 Publicado por el Comité de Difusión del Tercer Testamento Nota: si tu sistema no despliega caracteres como acentos o la letra eñe, por favor accesa la página referenciada debajo para que puedas adecuar tu sistema para ello. http://144000.net/teclado.htm ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ ediciones anteriores en http://144000.net/boletin/ ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Contenido: - El secreto de pedir y aprender a pedir. - Un nuevo Tiempo. - Del dolor. - De lo Sobrenatural ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - El secreto de pedir y aprender a pedir Cuántas veces durante el transcurso de su vida, el hombre eleva los ojos al cielo para pedir a Dios que le conceda algo que necesita o desea; algunos piden por los bienes materiales, otros por la salud perdida, algunos suplican por las fuentes de trabajo, otros por el pan de cada día y por un sinnúmero de cosas más. Cuando alguno logra el objetivo de sus peticiones, se siente satisfecho pensando que Dios lo ama porque escuchó su plegaria, pero cuando el hombre no recibe aquello que deseaba, se confunde y pierde la fe, pensando que Dios no lo ha escuchado, o que sus peticiones no son lo suficientemente importantes para ser tomadas en cuenta por la Divinidad. Entonces, pone una barrera entre Dios y él, y surgen las dudas sobre el amor del Padre celestial y sobre su justicia. "¿Me preguntáis si nada puedo hacer por vosotros? ¡Ah, mis pequeños! antes de que vosotros me pidáis, yo he depositado en vuestras manos lo que necesitáis, pero ocupados en la lucha y caminando sin la luz de la fe, no sabéis sentir mi presencia ni ver lo que dejo en vuestro espíritu..." E. 100:48 Cuando el hombre se desespera pensando de esta manera, se está olvidando de varios puntos que son muy importantes: Dios no necesita que le pidamos para conocer nuestras necesidades, él sabe todo sobre nosotros y sabe perfectamente lo que nos hace falta, pero así como es Dios, es Padre, y disfruta de la comunicación de sus hijos con Él. Sin embargo, debemos entender que precisamente por tratarse de la sabiduría divina, es Dios quien sabe cuáles de aquellas cosas que le pedimos son necesarias o convenientes para nosotros y cuales no. "Hay muchos de mis párvulos que atribuyen a injusticias del destino su sufrimiento y se creen olvidados de su Padre; entonces os pregunto: ¿De qué os ha servido mi palabra? ¿Por ventura creéis que el Señor, el autor de la vida, es impotente para remediar vuestros males o que no puede complaceros en algo material que en nada os ayuda en vuestra elevación espiritual?" "Yo sólo os concedo aquello que sea para vuestro bien. ¡Cuántas peticiones hacéis que si os fuesen concedidas, sólo os ocasionarían perjuicios o desgracias!" E. 9:51, 52 "Pedid, que se os dará", dijo el Divino Maestro en el segundo tiempo, y apoyados en esta frase, los seres humanos pedimos cualquier cantidad de cosas, sin analizar la mayoría de las veces si aquello que pedimos es justo o necesario. Cuántas veces inclusive, hemos sabido de personas que en su afán de obtener aquello que creen necesitar, intentan hacer tratos con Dios, ofreciéndole hacer esto a cambio de aquello, y es así como escuchamos promesas como éstas: -Si me concedes lo que te pido, dejaré de fumar, o si curas a mi hijo dejaré de beber-. Dios no necesita que le hagamos promesas a cambio de algo, Él siempre está pendiente de nuestras necesidades, y nos da por el simple hecho de que esa es su naturaleza de Padre celestial, siempre estar pendiente de las necesidades de sus hijos. "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le piden". Mateo 7:7-11 Lo que nos ha faltado para recibir las bendiciones de nuestro Padre, es humildad, es conocimiento, para saber que cuando Dios no nos concede algo, es porque aquello que pedimos no es lo que necesita nuestro espíritu para avanzar en el camino, y que aquello que llega a nosotros, aunque no sea lo que esperábamos, es lo que ha de ayudarnos a crecer, a aprender, a restituir y a evolucionar. Es por esa razón, que nuestro Padre ha tenido que regresar en este tiempo, para explicarnos que no se trata solamente de pedir, sino de aprender a pedir. "Recordad la lección en la que os dije: "Pedid, pedid que se os dará". Ahora vengo a deciros: "Aprended a pedir". E. 36:13 Mas, ¿cómo entender lo que significa aprender a pedir? En realidad no es tan difícil, si comprendemos que hay una enorme diferencia entre lo que pedimos y lo que necesitamos, porque en verdad, que lo único que necesitamos es perder ese egocentrismo que nos lleva a ocuparnos solamente de nosotros y de nuestra familia. Al ser egoístas, nos estamos olvidando de una de las promesas que el Divino Maestro nos hiciera en el Segundo Tiempo, cuando nos dijo que mientras nos ocupemos de lo suyo, Él se ocupará de lo nuestro, y que aquél que pide por los demás, recibirá por añadidura todo lo que necesita para sí mismo. "Si os digo ahora que debéis aprender a pedir, es porque anteriormente vuestra petición era incompleta y egoísta, sólo os acordabais de pedir para vosotros o para los vuestros. Mi lección de ahora viene a deciros que debéis aprender a sentir las penas de los demás; sabed vivir y sentir los sufrimientos de vuestros semejantes, las desgracias que afligen a vuestros hermanos; debéis aprender a entender a quien lleva oculta una herida y a sentir los sufrimientos de aquellos que, por estar distantes, no podéis contemplar. Entre estos últimos debéis considerar a los que habitan otros pueblos y naciones, a los que moran en otros mundos o en el Más Allá. No temáis si algún día os olvidáis de vosotros y sólo os acordáis de los demás, porque nada habréis perdido. Sabed que quien ora por los demás, lo está haciendo por sí mismo". E.36:14 Si ponemos en práctica esta forma de petición, no habrá nada que Dios no nos conceda si es para el bienestar de nuestro espíritu o materia; mas también será necesario que aprendamos a recibir, porque no siempre las cosas llegan de la manera que las esperamos y en muchas ocasiones, podemos estar dejando pasar por nuestro camino aquello que el Padre nos envía, sin darnos cuenta de que eso que dejamos ir, era precisamente lo que necesitábamos. ¿Y cómo podremos saber que realmente hemos aprendido a recibir lo que nuestro Padre nos envía? El día en que podamos elevar una oración para pedir que se haga Su voluntad en nosotros. De esa manera, aprenderemos a recibir todo lo que toque nuestra vida, sabiendo que aunque sea dulce o amargo, detrás de ello se encerrará una gran lección de amor divino. "Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aún también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. Y si anduvieras en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, Yo alargaré tus días". 1 Reyes 3:11-14 ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - Un nuevo Tiempo ¨En esta Era ya no es Jesús, hombre, quien viene hasta vuestro mundo en pos de los pecadores y necesitados, ahora, es Cristo, Espíritu, el que se manifiesta a la Humanidad, para descubrir entre las multitudes de este tiempo a los nuevos discípulos que le han de ser fieles hasta el fin. En una mesa espiritual les he ofrecido pan y vino, invisibles a los ojos humanos, pero reales ante el espíritu.¨ E.48:43 Hermanos, al comenzar un nuevo año material, que viene a ser como una nueva aurora, un nuevo amanecer, ¿estamos conscientes de esta oportunidad maravillosa que es el vivir? Mostremos la gratitud ante nuestro Padre, no blasfemando ni maldiciendo cuando las pruebas nos causan dolor, ya que ese dolor nosotros lo hemos creado con nuestras faltas a la Ley. Quien logra cumplir sus pruebas con elevación, experimenta paz en ese cumplimiento. Cumplir es caminar con alegría y entereza, a pesar de las piedras del camino. Es procurar el bien a nuestros hermanos. Es asumir nuestros compromisos y promesas. Es vivir comprometidos con la Ley, que se resume en: ¨amarnos los unos a los otros¨ Cumplir es elevar nuestro culto a Dios, sin fanatismos, un culto libre de materialismo y tradiciones. ¨El discípulo espiritualista siempre tendrá presente en su vida, que el fruto de la siembra espiritual no se recoge en la Tierra, ¿por qué entonces, muchos que se dicen discípulos míos, se desaniman ante la ingratitud o la indiferencia de la Humanidad?¨ E.48:63 ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - Del dolor Hablemos del dolor. ¿Quién puede decir que no lo ha conocido? ¨Sólo mi palabra puede conmover y hacer sensible al corazón endurecido por el dolor. Muchos de vosotros habíais sufrido tanto, que no sentíais ni os importaba el dolor de los demás. Os hablo mucho del dolor y menciono la caridad que debéis tener hacia vuestros hermanos, porque hay tantos sufrimientos en el mundo, como seres humanos, y apenas en este tiempo principian los dolores de la Humanidad, por eso, os estoy preparando para que reconfortéis con vuestro amor a vuestros hermanos. E.53:16 Tampoco reneguemos de él, ya que el Padre nos dice que el dolor es como un maestro, que nos enseña y pule. Siempre ha habido dos formas para aprender, la del amor y la del dolor, y esta Humanidad ha escogido la del dolor, pero siempre podemos cambiarla, tomando con amor las consecuencias de nuestros actos, y enseñando a los demás a sufrir con amor. Todos tenemos la oportunidad de consolar al que sufre, estamos rodeados de dolientes. Aprendamos a sentir el dolor de nuestros hermanos. Estamos en el tiempo propicio para hacer la caridad. ¨Habéis sido confinados a la Tierra, a este planeta que siendo huerto maravilloso donde el Creador se desbordó en bendiciones, el hombre vino a transformarlo en valle de lágrimas, más la Humanidad llegará a comprender que por restitución se le ha dado venir al mundo en este tiempo, para transformar este desierto de tristezas y dolor en un edén de luz, en una morada de fraternidad y paz donde se cumpla mi precepto que os dice: Amaos los unos a los otros.¨ E. 53:26 ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - De lo sobrenatural ¨¿A qué llaman los hombres sobrenatural, si todo en Mí y en mi Obra es natural? ¿No serán más bien las obras malas e imperfectas de los hombres las sobrenaturales, ya que lo natural sería que siempre obrasen bien, procediendo de quien proceden y poseyendo los atributos que en sí llevan? En Mí todo tiene explicación sencilla y profunda, nada hay a obscuras.¨ E.198:11 Comunicarnos de espíritu a Espíritu, con nuestro Padre, a algunas personas les puede parecer sobrenatural, pero lo verdaderamente sobrenatural sería no comunicarnos con Él. Algunos consideran sobrenatural el ¨ver o hablar¨con nuestros hermanos que no tienen materia, cuando lo fuera de lo natural es perder esa comunicación que debe existir con todos nuestros hermanos, tengan materia o no. El Padre nos dice que todo en su Obra es sencillo y natural. Los que hemos dejado de serlo somos nosotros. Cuando hablemos con nuestros hermanos, hablemos al espíritu. Expongamos con sinceridad y pureza la Doctrina, y dejemos que nuestros hermanos escudriñen, investiguen e interroguen; cada quien buscará la forma que esté a su alcance para encontrar la verdad. Nuestro campo de acción puede ser nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestro ambiente. ¨Hablad con sencillez, en vuestro propio lenguaje, como si fueseis un padre educando al hijo, como si fueseis un hijo que ofrenda amor a su madre, como si fueseis el hermano mayor guiando al más pequeño, como si fueseis un amigo que conociere sus intimidades¨ E.198:86 ________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Amados hermanos: En este Tiempo, que es propicio, aprendamos a trasladarnos con el pensamiento, hasta nuestros hermanos, todos, y unidos en el Señor, demos gracias por todo el amor que hemos recibido de nuestro Padre. Así, entreguemos comprensión, caridad, consuelo, en fin, amor. El Pequeño Labriego Todas las citas pertenecen a los tres testamentos (El Antiguo, el Nuevo y el Tercer Testamento)