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Muchos no gozan de apoyo económico alguno, ¿dónde están entonces, su apoyo y su fuerza? En el más allá, porque nuestro Padre ha buscado a los pobres de espíritu y de cuerpo para donarlos. Por tanto, no busquemos influencias ni amistades en los grandes de la Tierra, amemos a todos, sirvamos a todos, debemos obedecer a nuestros gobernantes cuanto sea necesario, no busquemos la salvación en el poder del metal, pues ese poder le pertenece a la Tierra y ahí debe quedarse. Si queremos ser salvos, si queremos llevar la frente levantada y sonreir, no por vanidad sino por tranquilidad de conciencia, cumplámosle al Padre con toda honradez, con toda sinceridad y con todo amor, sintiendo el dolor de los demás, y puedo asegurarles que entonces seremos verdaderamente invencibles. El poder procederá de la fuerza que el Padre está entregando a Su pueblo, para que él se levante sin alarde, sin fanatismo, sin vanidades. ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - La verdadera Iglesia de Cristo Cuando los hombres digan que Cristo fundó Su Iglesia en aquel Segundo Tiempo y que Él regresará a su Iglesia, ¿Qué deberemos contestar? Si lo negamos, haríamos mal, pues ciertamente Jesús dijo que Él venía a fundar su iglesia (ekklhsian en griego y que significa congregación, reunión) (Mt. 16:18) ¿Cuál será, entonces, esa "iglesia" a la que se refería el Señor? ¿Se refería acaso a esa organización creada por los hombres, pasado el tiempo de los apóstoles? ¿Se refería acaso a la organización clerical de sacerdotes, de ministros, de ritos y liturgias? ¿Es ésa acaso la Iglesia de Cristo? No, hermanos; la Iglesia a la cual se refirió el Divino Maestro en el Segundo Tiempo, es la Obra universal, que es la Ley de Dios, ley de justicia y de amor. Y sí dejó a sus discípulos de ese tiempo como encargados de Su iglesia, pero no de una sinagoga, ni de recinto material alguno; les dejó al cuidado de la Doctrina y la Ley divinas, para que velasen, para que esa luz no se apagara en el corazón de los hombres, y levantasen el verdadero altar en el corazón de la humanidad, con su amor y su sacrificio. El templo de la Divinidad no necesita de ministros o sacerdotes, lo que necesita son apóstoles, espíritus llenos de abnegación y de elevación, de amor, de caridad y desinterés; es eso lo que requiere la Obra del Padre, no sólo dentro del Espiritualismo Trinitario Mariano, sino dentro de cualquier religión o secta. ¡Cuántos van por el mundo sin ostentar religión alguna, y son verdaderamente apóstoles de Dios! ¿Por qué es esto? Porque practican la caridad y la elevación, reconociendo que Dios les ha enviado para amar al Padre y al semejante, y si les preguntasen qué religión profesan, ellos dirían: "Ninguna, pero creo en Dios y obedezco Sus mandatos."(Stg. 1:27) ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - El aborto y la reencarnación. Nadie ha llegado aquí por azar, nadie es concebido por obra de la casualidad; si estamos aquí es porque hemos sido enviados a la Tierra a cumplir con una restitución y con una misión, y esto nada tiene que ver con las cosas materiales ni los placeres de la carne. La reencarnación es la oportunidad que Dios, en Su amorosa justicia, le ofrece al espíritu para que pueda recuperar su pureza y regresar al camino. Esa es la manera por la cual puede tomar ventaja de la experiencia adquirida en su peregrinación. ¿Es la violación justificante para el aborto? Ciertamente que no, ya que al tomar la vida del bebé, lo que estarías haciendo en realidad es castigar a la otra víctima -la madre violada es la primera- en lugar del criminal. Y el aborto no constituye ninguna medida de disuasión o de castigo para ningun violador. Una vida humana otorgada a un espíritu, tiene un valor tan grande y representa una oportunidad tan propicia para el progreso de un espíritu, que el hecho de desperdiciarla o destruirla implica que la justicia divina, siempre inexorable, se manifestará tarde o temprano en el camino de quien profane dones tan preciados como aquellos con los cuales Él dota a cada espíritu al enviarlo a la Tierra, siendo la vida misma el primero de ellos. La justicia humana es incapaz de lograr esto. ¿Y los derechos de la mujer? Por supuesto que una mujer tiene el derecho a decidir todo cuanto concierne a su propia vida...permíteme repetir ésto: una mujer tiene el derecho de decidir todo cuanto concierne a su propia vida. Pero, ¿y los derechos del bebé? ¿En qué momento comienza una persona a tener derechos? ¿Una vez que respire al nacer? ¿O hasta que puede ser vista por otros? ¿Los derechos los otorga la edad? Es decir, ¿tienes más derechos humanos ahora que eres una persona mayor que cuando tenías cinco años de edad? ¿Y qué decir de cuando tenías un mes de edad? ¿O 28 días de edad sólo que viviendo en la matriz de tu madre? Esta es un área tan gris para tantos que merece, al menos, una mirada y una meditación más cercana para dilucidar tan importante cuestión. Y quienes se burlan de la noción de que los bebés no nacidos tengan derechos, están pasando por el derecho supremo, el derecho sagrado a la vida. Estarían dispuestos a despojar a otro ser humano de lo que ellos consideran en sí mismos su posesión más valiosa, su propia vida. Prefieren ignorar que la vida es un don, un don que ningun hombre ni ninguna mujer puede otorgar, porque involucra la reencarnación de un espíritu. La reencarnación es un don que Dios ha otorgado al espíritu, para que no quede éste limitado a la pequeñez de la carne ni a la pasajera existencia en la Tierra con sus naturales debilidades, sino por el contrario, procediendo de una naturaleza superior, el espíritu pueda tomar tantos cuerpos como necesite para completar sus grandes misiones en este mundo. A través de este don, el espíritu muestra su inmensa superioridad sobre la carne, sobre la muerte y sobre todo lo terrenal, sobreviviendo a un cuerpo, y después a otro y a cuantos le sean confiados, dominando así sobre el tiempo, las dificultades y las tentaciones. Cuando pensemos en los niños debemos hacerlo con respeto, porque no sabemos qué espíritus se encierren en ellos; pero de lo que podemos estar seguros es que, dentro de cada uno de esos jóvenes seres a punto de nacer, existe un pasado que significa toda una historia, toda una vida de evolución. El niño nonato tiene un camino, una jornada enfrente de él o de ella. Las posibilidades que ese camino contiene son infinitas. Las mujeres, portadoras de la vida, son bendecidas con la maternidad. El amor materno es uno de los más grandes regalos que el Cielo le ha concedido al ser humano. ¡A qué presión tan inmensa ha de encontrarse sometida una mujer embarazada por este mundo materializado, para llevarla al grado de cobijar en su mente la idea de cortar la vida de de su propia criatura! La exasperación causada por problemas económicos, el dilema que su propio egoísmo provoca muchas veces, son factores que empujan a muchas mujeres a actuar en contra de su más íntima naturaleza, y es así como somos testigos, todos los días, en muchas partes del mundo, de cómo las portadoras de la vida se convierten en portadoras de la muerte. ¡Oh! ¡Si tan solo supieran que un manto amoroso protege a todas las madres, un manto que aún siendo espiritual y sublime, tiene una influencia definitiva en este mundo! María, Nuestra Señora, es la Escala. El amor más tierno de Dios hacia Sus criaturas no tiene forma. Sin embargo, durante el Segundo Tiempo tomó la forma de una mujer en María, la madre de Jesús. Debemos comprender que María siempre ha existido, así como Su esencia, Su amor, Su ternura siempre han sido en la Divinidad. Ella es la dulce y sagrada ternura, cuya caridad se extiende al infinito. Ella es soberana sobre todo espíritu pero Su reinado es de humildad, de caridad, de pureza, porque Ella no tiene trono como los hombres la imaginan. Ella no vino a este mundo solamente para amar a Su Hijo, Su amor divino es un manto universal de consuelo. Su presencia en todos los tiempos, es de ternura e intercesión. Busquémosla y en Ella encontraremos la escala que conduce hacia Dios. María representa la pureza, la obediencia, la fe, la ternura y la humildad en las cuales debemos perseverar. Cada una de estas virtudes es un peldaño de la escala por la cual Dios descendió a este mundo para volverse hombre en el seno de una santa y pura mujer. Esa ternura, esa pureza y ese amor, son el seno divino donde la semilla de la vida fructifica. Esa escala, por la cual Dios descendiera entre nosotros para hacerse hombre y vivir con Sus hijos, es la misma que en este tiempo nuestro Padre nos presenta para que por ella podamos ascender hacia Él, transformándonos, de hombres y mujeres, en espíritus de luz. ¿Sabes dónde más la podrás encontrar? En tu propia maternidad, porque tú, como madre humana, eres la verdadera representación de María, la ternura divina. María es la escala, María es el seno materno. Búscala y encontrarás a Dios. ___________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Amados hermanos: La paz, ese don precioso, el teroro más valioso que el espíritu puede recoger en este valle de lágrimas, de sangre y de guerra, sea con todos nosotros. Tu hermano en el Señor El Pequeño Labriego ***** ejemplares anteriores http://144000.net/boletin ***** Si por alguna razón desearas dejar de recibir este boletin, ve a http://144000.net/castel/suscribeme.htm y desuscríbete de la lista.