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Para que el espíritu comprendiera todo lo que posee, se le dio una materia para que a través de ella conociera en una forma palpable y comprensible, lo que puede lograr un espíritu. Los dones son para el espíritu lo que los sentidos a la materia. Así como ésta tiene el sentido de la vista, en el espíritu la mirada espiritual nos permite asegurar nuestra fe. Hemos escuchado decir en las religiones que la fe es un dogma; pero el Padre nos dice lo contrario. La fe tiene que estar basada en el conocimiento, en el "yo sé", ni siquiera en el "yo creo". Es algo que nuestra mirada espiritual ya vió. "Bienaventurados los que creen sin antes haber visto. Sí, mis hijos, porque también la verdadera fe es mirada que contempla lo que ni la mente ni los sentidos pueden descubrir. Sólo la fe podrá descubrir al hombre algunos de los misterios de la Creación" El Tercer Testamento (Libro de la Vida Verdadera) E.153:57 Todo aquel que tiene fe porque comprende la magnitud de los dones que Dios ha depositado en él, ése no puede desconfiar de lo que él es; ese sabe que con amor y preparación, con elevación de espíritu, puede lanzarse a los caminos que el Señor le señale, revestido de mansedumbre, de humildad y de entera consciencia para dejar con su ejemplo, una huella de paz y de luz entre los hombres. Ya no es tiempo de que haya dudas en nuestro corazón; si las dudas se albergan en nuestra mente, hay que destruírlas con el estudio profundo de las Enseñanzas del Señor. Por medio de la meditación, hay que ponernos en contacto con el Maestro, y Él nos enviará a los grandes espíritus para que vengan a iluminar nuestro entendimiento, a guiar nuestros pasos y ayudarnos a comprender todo lo que hemos estudiado. Y cuando sintamos que se debilita nuestra fe, hay que actuar como si la tuviéramos y cuando nos demos cuenta, ella habrá crecido. Porque "La fe es como un faro que ilumina vuestra ruta hasta llegar al puerto seguro de la eternidad." El Tercer Testamento (Libro de la Vida Verdadera) E. 263:12 ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Los dones que todos tenemos El Divino Maestro, en el Segundo Tiempo, le dijo a sus discípulos que todo lo que le vieran hacer, podrían repetirlo. Al decírselo a ellos, se lo dijo a toda la Humanidad. A todo el que se prepare. ¿Y cómo nos podemos preparar? " Quien ama, practica mi Doctrina; quien siente el dolor de sus semejantes, sufre por ellos y les procura consuelo, ése es mi discípulo. El que enseña la virtud con obras, con su propia vida, ése es el maestro. El que ama en verdad a su propio hermano, ése es mi digno hijo." -El Tercer Testamento (Libro de la Vida Verdadera) E.73:27- A todos sanaba Jesús, no había mal que por él no fuera vencido, no había enfermedad por él desconocida, no había problema sin solución, no existía pecado sin perdón (Lc.7:47) y no había aflicción sin consuelo, todo se hallaba en ese manantial de amor, en aquel Doctor Divino que todo lo curaba, todo lo sanaba con un solo remedio, con un solo bálsamo: Su amor. Porque el amor divino es fuente de vida (Ap. 21:6) fuente de salud, es manantial de bendiciones y caridades. Y esa facultad la depositó Él en Sus discípulos, los cuales después de Su partida, lograron prodigios maravillosos, curaciones sorprendentes y milagrosas, tanto en lo material como en lo espiritual. "Cerca del año 2000 empezarán a manifestarse los dones espirituales de la Humanidad, dando testimonio de mi palabra" -El Tercer Testamento (Libro de la Vida Verdadera) E. 181:56- Entonces hermanos, ¿qué esperamos? Practiquemos nuestros dones, no importa que al principio cometamos errores, ¿cómo aprendimos a caminar? ¿acaso nunca tropezamos? Lo que necesitamos es practicar, practicar...porque la práctica hace al maestro. "El que sepa prepararse, aquél que en vez de querer hacerse notable trate de hacerse útil, que en vez de adelantar acontecimientos, aguarde con paciencia, ése escuchará clara mi enseñanza que llegará a su espíritu a través de los dones que en él existen, que son el de la inspiración, de la intuición, del presentimiento por medio de la oración, de la mirada espiritual y de los sueños proféticos." -El Tercer Testamento (Libro de la Vida Verdadera) E. 7:14- Os invito a ir por el camino de la vida, conscientes de lo mucho que poseemos, dispuestos a repartirlo a manos llenas, pues es un tesoro que mientras más se dé, más grande será. ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Columna invitada: Cotidianidad -NOTICIAS PARA UN NUEVO TIEMPO- ¡CONECTATE CON PAPA DIOS! El tiempo ha llegado: ¡El hombre puede comunicarse con el Espíritu Divino! ¡Aprovéchalo! Ponte en contacto, en línea directa. Aprende a dialogar con nuestro Padre espiritual y a recibir sus mensajes. A Papá Dios, siempre le han agradado los que intentan comunicarse con Él, porque Él siempre ha estado ahí, esperando a que lo llamen sus hijos. Pero no timbra mucho su "teléfono". Sus creaturas suelen preferir hacer otro tipo de llamadas. Y cuando es Él el que llama, nadie contesta. Ni siquiera alcanzamos a oir el timbre. Estamos demasiado ocupados como para escuchar aquella voz suave y amorosa, justo cuando queremos hacer lo que nos viene en gana. Donde las cosas cambian, es cuando tenemos serios problemas. Entonces, descolgamos nuestro "teléfono", caemos de rodillas y se nos ocurre hacer una "llamada", pedir socorro, ya que todos los demás recursos fallaron...-"¡Dios mío, haz algo, ayúdame, ten piedad, ya no puedo más!"- Y esperamos la respuesta, impacientes. Pero generalmente, no se oye nada. Dios aparentemente no contesta. Pareciera hacerse el sordo, no estar ahí. Las dudas empiezan...¡Dudar de Él que es el Amor, pedirle que tenga piedad a Él, que es la Piedad...! Mientras tanto, Papá Dios nos está hablando. Pero ni lo oímos; estamos tan poco acostumbrados a dialogar con Él, que ni siquiera reconocemos Su voz cuando nos habla. Vaya uno a saber qué palabras utiliza, cómo se expresa...mmh, quizás el lenguaje que use sea el del amor. Eso, eso es...¡el lenguaje divino es el del amor! No basta con pedir lo que necesitamos, hay que saber recibir lo que nos es dado. Es preciso tener práctica, para poder comunicarse con Papá Dios y captar sus mensajes. Y ¿cuál es esa práctica? La que nace de hacer el bien que brota del amor. Nosotros podemos decirle todo lo que queremos. No hay problema, Él escucha, es más, ya lo sabe. Pero cómo saber cuándo y cómo Él contesta. Es sencillo. Hay que orientar nuestra antena. Como la de un televisor cuando queremos recibir una imagen nítida. O con una radio cuando buscamos la frecuencia de una estación para escuchar un programa. Y esa frecuencia es la del amor. Por supuesto, hay que evitar las interferencias. Desconectarse de todo lo superfluo, de todo lo material. Olvidarse hasta de los propios pensamientos. Refugiarse en el silencio. Y ahí, hablar con este Dios que necesitamos, como a un padre, un amigo, un confidente. De manera sencilla, humilde, sincera. Con el corazón, con fe, como un niño cuando se dirige a sus padres convencido de que es amado, escuchado, y que será ayudado, socorrido. Entonces el milagro se produce. Siempre hay una respuesta. Bajo alguna forma. No siempre es la respuesta que esperábamos. Pero siempre es la que nos conviene. Hay que saber captarla e interpretarla. A veces ocurre que nos dormimos esperando la respuesta. Y nos viene un sueño. Este sueño tiene un sentido, un significado. Es la respuesta. Otras veces, un pensamiento atraviesa de repente nuestra mente; aclara una duda, disipa un malentendido. Parece haber brotado de quien sabe donde, pero sabemos de dónde y de quién proviene. Y la intuición, el presentimiento, ya sabes, esta sutil impresión nacida en lo más hondo de nosotros, que no engaña ni se equivoca. Los que han afinado su sensibilidad espiritual, tienen muy desarrollado estos dones, que se han dado en llamar equivocadamente "un sexto sentido". Y cuando esa sensibilidad está despierta es como si el teléfono de Papá Dios timbrara cada vez que es necesario para avisarnos, orientarnos, informarnos, aconsejarnos, consolarnos. Hay muchas más facultades nuestras que Papá Dios utiliza para comunicarse con nosotros. Las descubriremos a medida que aprendamos a ponernos en contacto con Él, usando el divino lenguaje del amor. ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Amados: Es tal la importancia del desarrollo de nuestros dones espirituales, que podemos decir que sin el uso de ellos, pareciéramos ser muertos en vida. Y así como los sentidos de la materia son por los cuales un hombre o una mujer percibe todo aquello que le rodea y se comunica con los que se encuentran a su derredor, a similitud los dones también manifiestan nuestra vida y nuestra percepción de ella. Y no olvidemos que para que los dones florezcan, lo más importante es hacer uso de ellos, sin temor a la crítica ajena o propia, sin permitir que la timidez o cortedad de ánimo nos impida ejercitar aquellas facultades que se encuentran dormidas dentro de nosotros, llegando al grado de que sentimos no poseerlas en absoluto. Tu Hermano en el Señor El Pequeño Labriego http://144000.net/castel/