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Y dentro de ellos estar el de que nos reunamos y congreguemos para estudiar Su palabra. "Os reuniréis a estudiar mi palabra que quedará escrita y cuanto más la comprendáis, mayor fuerza y preparación tendréis. Os dejo unidos y convencidos del alcance que mi Obra tendrá en el mundo para el futuro". Libro de la Vida Verdadera E.365:73,74ss (El Tercer Testamento) El Señor no quiere que hagamos nuestros estudios y nuestros análisis de manera independiente, porque entonces no podríamos unificar nuestros espíritus, nuestra palabra y nuestro concepto de las cosas. Tenemos que buscarnos, y el Señor premiará y bendecirá las reuniones de Su pueblo obediente. Consagremos a la meditación y al análisis de la Palabra del Maestro, el séptimo día (Ex. 20:10) o alba dominical, y en él, busquemos la comunicación con el Señor, busquemos también la comunicación de espíritus en nuestra fraternidad, influyamos en esos momentos, espiritualmente, en sectas, religiones, ideologías, gobiernos e instituciones, y esa responsabilidad tan grande la podremos cumplir con la oración espiritual. La oración es cosa efectiva, mis hermanos, es algo verdadero y positivo; no esperemos el fruto inmediato para nuestras peticiones, debemos concretarnos a cumplir con la Ley, amando y perdonando, deseando el bien, y sembrándolo con el pensamiento; enviemos nuestro espíritu como alondra de paz, como la semilla de virtud que se lleven los vientos para sembrarla en los corazones, y estaremos cumpliendo. ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - Los mansos y humildes. No sobresaldrá dentro de este pueblo el nombre de ninguno, y si esto llegara a suceder no sería por voluntad divina. Lo que debe brillar es el nombre del pueblo en su conjunto, el nombre de esta Doctrina; seamos, pues, los mansos y humildes si buscamos agradar verdaderamente al Señor y si queremos que en el silencio y la intimidad de nuestro corazón descienda Él a recrearse con nosotros. "No os aflijáis si os digo que vuestros nombres no pasarán a la historia; si ya sois humildes, sabréis hacer la caridad con vuestra diestra, procurando que lo ignore la siniestra". Libro de la Vida Verdadera E.114:17 (El Tercer Testamento) Ocultemos en el espíritu y en el corazón nuestros méritos, y aun ignorémoslos nosotros mismos, y Dios que nos conoce, (Mt.6:3,4) y que es justicia y es amor, descenderá a morar en nuestro santuario interior. Nosotros, debemos amar al Padre, debemos amarnos los unos a los otros con el amor que el Maestro nos inspira, con ese ejemplo sublime que Él nos diera, haciéndose hombre y dando la vida por Sus amigos que es la humanidad toda. Nuestra misión es mínima en comparación con la Obra Universal de redención y perfección; la Obra es divina y la lleva a cabo Dios mismo. ____________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ - El verdadero pueblo de Israel. "Ya no debéis creer que el pueblo de Dios es el pueblo judío. Hice que aquel pueblo se dispersara por todo el mundo porque en verdad, Israel no es una raza, es un pueblo espiritual al que estáis llamados todos a pertenecer. Los hijos del pueblo de Dios, los hijos verdaderos de Israel, son los que aman la verdad, los que cumplen la Ley, los que amen a Dios en sus hermanos". Libro de la Vida Verdadera. E. 85:10,13 (El Tercer Testamento) Y muchos se preguntan: ¿Cuál es el verdadero pueblo de Israel? ¿Es éste, que está siendo llamado y marcado por el Señor para ser Su siervo espiritualista o es aquél que lleva en sus venas la sangre hebrea? (Ez. 11:19,20/ Dt.23:8) y el mundo espiritual nos aclara una vez más estas cosas. Cuando el Divino Maestro, el Mesías, apareció en el Segundo Tiempo entre el pueblo de Israel encarnado en ese tiempo en los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, muchos esperaban su presencia, mas ¿quiénes eran los que le esperaban? Los sencillos, los que sabían que el Mesías vendría a redimir a los espíritus, a librarles de los pecados, levantándoles de la ignominia del mundo. Y le esperaban como Él llegó, humilde y manso, sin grandezas materiales, sin cetro ni corona, sin trono en esta Tierra; fueron ellos quienes escucharon a los ángeles cantar: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad" (Lc.2:14) Y fueron ellos quienes le siguieron por los caminos, de comarca en comarca, de aldea en aldea, por desiertos, valles y montañas, por las riberas de los ríos, (Mt. 4:25) recreándose con Su palabra celestial, almacenando en su corazón y espíritu un caudal de sabiduría. Fueron ellos quienes gozaron con los triunfos del Maestro, quienes bendijeron Su nombre al ver Sus milagros y prodigios, quienes le acompañaron en Su jornada y quienes le lloraron al pie de la cruz. Fueron ellos también, quienes recibieron el Reino de los Cielos en su propio espíritu y quienes comprendieron a qué había venido el Mesías, y porqué se había hecho hombre su Dios. Mas también hubo otros, que no fueron los israelitas espirituales, sino los judíos carnales, quienes esperaban al Mesías en forma de guerrero material, con corona y cetro, con espada homicida y poder terrenal, que viniera a destruir el poder del César que oprimía a su nación en ese tiempo. Fueron éstos quienes le negaron, quienes le llevaron al cadalso y le gritaron: ¡Un Dios no calla, un Dios no puede morir, un Dios no puede quejarse! ¡Tú no eres el Mesías! Todavía en este tiempo vemos a Israel dividido en dos bandos: uno, el Israel verdadero, el Israel espiritual, que siente el llamado de su Maestro y el influjo de Su voz, que le ha esperado según lo prometido por Él, el pueblo sufrido que se ha despojado de todo lo material, presto a obedecerle, a amarle y a seguirle hasta el final. Mas el otro Israel, el material, errante y disperso durante siglos, esperando todavía a su Mesías, al guerrero, al fuerte en poder material; y ahí están, unos prevaleciendo con su riqueza material sobre el mundo, estremeciendo a la humanidad con su poderío terrestre y otros regresando de nuevo a lo que fuera la tierra de Canaán. Mas es llegado el tiempo de justicia, y ya está una vez más el Padre con Su pueblo, y éste con Él, y a unos y a otros ha hecho Su llamado. Israel, el verdadero pueblo de Dios es un pueblo espiritual, y parte de ese pueblo ha reencarnado, ya no tan sólo en el pueblo judío, sino en todos los pueblos y puntos de la Tierra, porque la simiente de Jacob es espiritual, no carnal. ___________________________________________________________ «¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥«¤»§«¤»¥« ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯ Amados hermanos: Que la paz del Señor sea con todos mis hermanos y con todo Israel. Tu hermano en el Señor El Pequeño Labriego ***** ejemplares anteriores http://144000.net/boletin *****