1 En el principio de los tiempos, Yo, como Padre, inspiré al hombre la práctica del bien. Mas los hombres se apartaban de los mandatos divinos cayendo en idolatría y en actos abominables ante Mí. Vencían los fuertes, caían los débiles y el varón tomaba a la mujer como esclava. Fue necesario entregar a Moisés en el Monte Sinaí los diez mandamientos de la Ley. En esa Ley estaban las normas y preceptos que deberían regir al pueblo de Israel. Y en ellos se les decía: El que diere muerte, lleve sobre sí la misma sentencia. El que hurtare, restituya a su hermano. El que hiciere mal, ojo por ojo y diente por diente pagará.
2 Llegó el Segundo Tiempo y vine en Jesús a morar con vosotros y en mi palabra os dije: -Aquel a quien hirieren en la mejilla derecha, muestre la izquierda. Perdonad a vuestros enemigos-. Y en el Tercer Tiempo, en el que os encontráis, he venido a deciros: Si el asesino de vuestro padre perseguido por la justicia humana, llamare a vuestra puerta implorando ayuda ¿qué haríais? Protegerle. Si así lo hiciereis, demostraréis haber alcanzado la evolución espiritual, que os permite cumplir con la Ley Divina de vuestro Padre Celestial que os manda: Amaos los unos a los otros; resucitad a los espíritus que han muerto a la vida de la gracia, porque todo espíritu será salvo.
3 Hoy vengo a hablar a vuestro espíritu y a revelaros el contenido de los Siete Sellos, el Libro de vuestra historia, de la Profecía, de la Revelación y la Justicia.
4 Soy Yo quien ha venido a deciros que hoy vivís en el tiempo perteneciente al Sexto Sello.
5 1866 marca el principio de este tiempo de luz. Yo envié a Elías para que descorriese el velo del misterio e iniciase el tiempo de mi comunicación como Espíritu Santo entre la Humanidad. Elías iluminó un varón destinado por Mí para que fuese el precursor. Aquel escogido llamado Roque Rojas, fue quien escuchó de Espíritu a espíritu la voz del Profeta que le ordenaba en mi nombre llamar y reunir a sus hermanos, porque una revelación divina estaba a punto de iluminar los destinos de la Humanidad. Roque Rojas, manso y humilde como un cordero, obedeció la voz espiritual, respondiendo: -Hágase en mí la voluntad de mi Señor.
6 Roque Rojas reunió a un grupo de hombres y mujeres de fe y buena voluntad, y allí, en el seno de sus primeras reuniones, Elías se manifestó a través del entendimiento del Enviado, diciendo: -Yo soy Elías el Profeta, el de la transfiguración en el Monte Tabor-. Y dio las primeras instrucciones a los primeros discípulos, al mismo tiempo que les anunciaba la Era de la Espiritualidad y les profetizaba que pronto llegaría el Rayo del Divino Maestro a comunicarse con Su pueblo.
7 Un día en que el humilde recinto de Roque Rojas se encontraba pletórico de adeptos que confiaban en la palabra de aquel varón, descendió Elías a iluminar la mente de su portavoz, e inspirado por Mí ungió a siete de aquellos creyentes a quienes les dio la representación o el simbolismo de los Siete Sellos.
8 Más tarde, cuando llegó el instante prometido de mi comunicación, encontré que de aquellos siete escogidos, sólo uno velaba en espera de la llegada del Casto Esposo y ese corazón era el de Damiana Oviedo, la doncella cuyo entendimiento fue el primero en recibir la luz del Rayo divino como premio a su perseverancia y a su preparación.
9 Damiana Oviedo representaba el Sexto Sello. Fue una prueba más de que la luz del Sexto Sello es la que ilumina esta Era.
10 En el Segundo Tiempo encontré regazo de mujer, regazo materno, y en este tiempo también, descansé en el corazón limpio y puro de Damiana Oviedo. Su regazo de doncella fue maternal para el pueblo de Israel y por su conducto preparé a los guías, a los portavoces y a los labriegos. La dejé llegar a los umbrales de la ancianidad y le dije: -Vos, que os habéis levantado como fuente de amor y habéis dejado encendida en los corazones una antorcha de fe, descansa-. Ella me pidió venir en espíritu a trabajar, porque fue celosa de mi Ley y no quiso que ésta fuese mancillada, y Yo se lo concedí.
11 Una misión más le entregué en ese instante diciéndole: -Damiana, no es mi voluntad que las aguas turbias se mezclen con las aguas cristalinas. Sé a la diestra de los guías, para que la antorcha de fe sea mayor cada día en ellos. Regocíjate y, desde el lugar en que te encuentras, recréate con este pueblo. Mira las multitudes que te aman y me han reconocido. Van pisando la huella que tú les dejaste. Mira que la antorcha aún se encuentra encendida. El Maestro ha dicho: El que siembra amor, recoge amor; el que siembra luz, recoge luz. Tú has luchado preparando el entendimiento de los portavoces y limpiando los caminos de mis escogidos, he ahí tu simiente-.
12 En verdad os digo, pueblo: Es Damiana la casta doncella que, en representación de María, ha venido en el Tercer Tiempo a entregaros ternura y caricia. Bienaventuradas las doncellas que caminen por esta huella, porque en ellas derramaré mi gracia. Y en todos vosotros que sois mis hijos, mi anhelo divino es convertiros en discípulos, porque el momento de mi partida se acerca y quiero dejaros como maestros entre la Humanidad.
16 Hoy vengo a repetiros mi palabra recordándoos las enseñanzas de los tiempos pasados. Mas no vengo a recordaros la comunión en la forma en que Jesús la simbolizó en el Segundo Tiempo con el pan y el vino de la tierra. El tiempo en que os ofrecían el pan material en representación de mi palabra, ha pasado. Hoy el pan es mi palabra y el vino sagrado es la esencia divina que os entrego espiritualmente a cada momento.
26 Muchos velos quedarán rotos. Mi palabra es espada de luz que destruye las tinieblas.
27 Lecciones ocultas saldrán a la luz y enseñanzas desconocidas os serán reveladas. Muchos misterios se disiparán. Mas estas revelaciones no las hallaréis en los libros del mundo sino en esta palabra.
28 Todo aquel que quiera ser en verdad hijo de la luz, penetre respetuosamente al fondo de mi palabra y ahí verá a su Maestro esperándole para enseñarle.
29 En verdad, en verdad, no serán las doctrinas de los hombres las que hagan la paz en el mundo y salven de su abismo a esta Humanidad.
30 He ahí a las religiones desconociéndose las unas a las otras, diciendo estar enseñando mi Doctrina.
32 En el Segundo Tiempo fueron doce los discípulos que esparcieron mi Doctrina por el mundo. En el Tercero doce mil de cada tribu serán los que hagan conocer mi enseñanza de verdad y de amor a toda la Humanidad.
33 ¿En dónde están esos ciento cuarenta y cuatro mil? Elías los está reuniendo sin que sea obstáculo que unos se encuentren en espíritu y otros encarnados. Todos estarán unidos espiritualmente en esta Obra divina.
34 Grandes acontecimientos contemplaréis, muchos de ellos os sorprenderán, mas Yo os daré la luz con mis lecciones, para que nunca os confundáis. Estudiad mi palabra, que ella os inspirará amor a vuestro Padre y a vuestros hermanos. No es necesario formar parte de los ciento cuarenta y cuatro mil, para poder servir al Padre o nombrarse discípulos del Maestro. Los que forman parte de ese número, sólo son los que tienen que abrir el camino y ser como guardianes de mi Obra.
35 Hoy vengo en Espíritu. En el Segundo Tiempo fui visible a los ojos de los hombres porque me hice hombre.
36 Muchos al verme se preguntaron: ¿Quién es ese que habla en nombre de Dios? Y otros les decían: -Es el hijo de María y de José el carpintero, es el Galileo-. Entonces se burlaban de Jesús.
37 Mas el hijo del carpintero hacía que los ciegos de nacimiento contemplaran la luz, y en medio de ella, la faz de Jesús, quien les había sanado. Estos, al sentir el milagro de la caricia del Maestro, caían a sus pies gritando a voz en cuello que le reconocían como el Salvador prometido.
38 Asombrados los incrédulos se preguntaban: ¿Cómo era posible que aquel hombre humilde, a quien conocían como uno de tantos, hiciera tales maravillas?
39 Hoy vengo en Espíritu y no podrá la Humanidad llamarme el hijo del carpintero, mas en verdad os digo, que ni en aquel tiempo hubo justicia para llamarme así. Escrito estaba que una virgen concebiría y en su seno tomaría carne el Verbo. José el patriarca, fue en la senda de la virgen y del niño, sólo un ángel guardián visible a los ojos de los hombres; en cambio, María fue la encarnación del amor maternal divino y Madre de Jesús, que es la parte humana de Cristo.
41 En todos los tiempos se os ha enseñado la oración.
42 Moisés os hizo orar la última noche que pasasteis en Egipto y a lo largo de vuestro paso por el desierto.
43 En el Segundo Tiempo, Yo os enseñé la oración del Padre Nuestro para que, inspirados en ella, recurrieseis a vuestro Padre en vuestras necesidades y tuvieseis siempre presente la promesa de la venida de su Reino; para que a Él acudieseis en demanda de perdón, consultando con vuestra conciencia si antes ya habíais perdonado en la misma forma a vuestros deudores.
44 Ahora os enseño la oración espiritual, la que no brota de los labios, sino de lo más profundo de vuestro espíritu y que con humildad y confianza me dice: -Señor, hágase en nosotros vuestra voluntad.-
45 Os enseñé a curar. Jesús era el bálsamo, Él era salud, su palabra sanaba al que la escuchaba, su mano entregaba la salud al que tocaba, su mirada impartía consuelo infinito al que la recibía; aun su túnica, cuando era tocada por la fe de los que a Él llegaban, cargados de amarguras y dolencias, les devolvía la paz, y hasta su sangre, cayendo sobre el rostro del Centurión, le devolvió a sus ojos la luz perdida.
46 Esos milagros sólo el amor y la caridad, que es hija de ese amor, los pueden realizar. Con ellos podréis curar.
47 Sentidme muy cerca de vosotros, pruebas de ello os doy en los instantes difíciles de vuestra vida. He querido que hagáis de vuestro corazón mi morada, para que en ella sintáis mi presencia.
48 ¿Cómo es que estando Yo en vosotros, no sabéis sentirme? Unos me buscan en la naturaleza, otros sólo me sienten más allá de todo lo material, mas de cierto os digo que en todo y en todas partes estoy. ¿Por qué habéis de buscarme siempre fuera de vosotros, cuando también en vuestro ser me encuentro?
61 El misterio de la resurrección de la carne lo ha esclarecido la revelación de la reencarnación del espíritu. Hoy sabéis que la finalidad de esta ley de amor y de justicia es la de que el espíritu se perfeccione, de que no se pierda jamás, porque siempre encontrará una puerta abierta como oportunidad que le da el Padre para su salvación.
62 Mi juicio en cada espíritu, por medio de esta ley, es perfecto e inexorable.
63 Sólo Yo sé juzgaros, porque cada destino es incomprensible para los hombres. Así, nadie es descubierto ni delatado ante los demás.
64 Y después de perderse en los pecados, de tantas luchas y vicisitudes y de tanto caminar, llegarán los espíritus ante Mí llenos de sabiduría por la experiencia, purificados por el dolor, elevados por los méritos, fatigados por su largo peregrinaje, pero sencillos y gozosos como niños.
66 La luz de mi palabra unirá a los hombres en este Tercer Tiempo. Mi verdad brillará en todo entendimiento haciendo desaparecer diferencias de credos y de cultos.
67 Hoy, mientras unos me aman en Jehová y desconocen a Cristo, otros me aman en Cristo, ignorando a Jehová; mientras unos reconocen mi existencia como Espíritu Santo, otros por mi Trinidad discuten y se dividen.
68 Ahora bien, Yo pregunto a esta Humanidad y a quienes la conducen espiritualmente: ¿Por qué distanciaros los unos de los otros, cuando todos estáis reconociendo al Dios verdadero?
Si me amáis en Jehová, estáis en la verdad. Si me amáis a través de Cristo, Él es el camino, la verdad y la vida. Si me amáis como Espíritu Santo, os acercáis a la Luz. Un solo Dios tenéis, un solo Padre. No son tres personas divinas las que existen en Dios, sino un solo Espíritu Divino, el cual se ha manifestado en tres fases distintas a la Humanidad y ésta, en su pequeñez, al penetrar en lo profundo creyó mirar tres personas donde sólo existe un solo Espíritu.
Por tanto, cuando escuchéis el nombre de Jehová, pensad en Dios como Padre y como Juez. Cuando penséis en Cristo mirad en Él a Dios como Maestro, como amor, y cuando tratéis de comprender de dónde procede el Espíritu Santo, sabed que no es otro que Dios manifestando su infinita sabiduría a los discípulos que más han adelantado.
69 Si a la Humanidad de los primeros tiempos la hubiese encontrado evolucionada espiritualmente, como ésta de ahora, Yo me habría manifestado delante de ella como Padre, como Maestro y como Espíritu Santo; entonces los hombres no habrían visto tres dioses donde sólo existe uno. Pero no se encontraban capacitados para interpretar mis lecciones y se hubiesen confundido y apartado de mi senda, para seguir creando dioses accesibles y pequeños, según su imaginación.
73 Si Cristo es el amor ¿podéis creer que Él sea independiente de Jehová, si Yo soy el amor?
74 Si el Espíritu Santo es la sabiduría, ¿creéis que ese Espíritu sea independiente a Cristo si Yo soy la sabiduría? No penséis que el Verbo y el Espíritu Santo sean distintos entre sí.
75 Basta conocer algo de la palabra que Jesús enseñó a la Humanidad, para que comprendáis que un solo Dios ha existido y será uno solo por siempre. Por eso os dije a través de Él: -Quien conoce al Hijo conoce al Padre, porque Él está en Mí y Yo estoy en Él-. Luego, anunciando que en otro tiempo volvería entre los hombres, no sólo dijo "Volveré", sino que prometió enviar al Espíritu Santo, al Espíritu de Consolación, al Espíritu de Verdad.
76 ¿Por qué habría de venir Cristo separadamente del Espíritu Santo? ¿Por ventura Él no podría traer en su Espíritu la verdad, la luz y la consolación?
77 ¡Cuán poco han penetrado los hombres en mi verdad! y en ese poco que han penetrado, ¡cuánto se han confundido! Creen haber llegado al fondo de la verdad, pero mientras vivan empleando la verdad para mentir, para matar, para destruir la paz y para desconocerse los unos a los otros, que es lo contrario de lo que mi palabra enseña, no podrán decir los hombres que andan por el camino de la verdad.
78 A todos os envío mi mensaje en este tiempo, mensaje prometido a la Humanidad por labios de Jesús cuando estuvo entre los hombres.
79 Sé que al principio será menospreciada esta enseñanza por haber sido entregada a través de criaturas humildes y pecadoras, como lo son mis portavoces, mas la verdad que esta revelación contiene se impondrá y la enseñanza será escuchada porque en su esencia está presente el Espíritu Santo, el Consolador y la Verdad prometida.