4 La existencia de un hombre en la Tierra es sólo un instante en la eternidad, un soplo de vida que alienta por un tiempo al ser humano y luego se aparta para después volver a alentar un nuevo cuerpo.
5 Alegraos de que ningún dolor sea eterno; vuestros sufrimientos son temporales y desaparecen muy pronto.
7 Como pasan los latidos de vuestro corazón, así pasa en el infinito la vida de los hombres.
9 En la infinita ternura de Dios, tendrán que desvanecerse todos vuestros dolores y pesares.
30 No dejéis de practicar la oración aun cuando sea tan breve que sólo dure cinco minutos, pero que en ella sepáis hacer un buen examen con la luz de la conciencia, a fin de que observéis vuestras obras y sepáis lo que tenéis que corregiros.
32 El que diariamente se examina, tendrá que mejorar su manera de pensar, de vivir, de hablar y de sentir.
35 Si aun haciendo ese diario examen de conciencia no vais por el buen sendero, seréis aún más responsables de vuestros tropiezos, de vuestras caídas y errores.
59 Ha llegado el momento del silencio, el momento de vuestra comunión Conmigo, para que así como se confunden en el mar las olas, vosotros os unáis a mi Espíritu divino; silencio, no solamente en los labios, también en el templo interior del hombre, porque es vuestro espíritu el que me habla y el momento es solemne.
60 Entrad en el silencio y escuchadme, caminantes de muchos senderos que lleváis el polvo de diversos caminos, dejad que sea Yo la luz en vuestro destino.
65 Todas las religiones desaparecerán y sólo quedará brillando dentro y fuera del hombre la luz del Templo de Dios, en el cual rendiréis todos un solo culto de obediencia, de amor, de fe y buena voluntad.
He visto que vuestras religiones no tienen la fuerza necesaria para contener vuestras maldades, ni la suficiente luz para tocar las conciencias e iluminar vuestra razón. Es que se han alejado de la esencia de mi Doctrina que es sólo para el espíritu.
Para muchos hombres, Jesús es el personaje de una hermosa pero antigua leyenda, cuyos ejemplos no pueden imitarse ni ser llevados a la práctica en estos tiempos, a lo que Yo os digo: La palabra y las obras de Cristo, manifestadas en Jesús, no han pasado ni pasarán jamás, ya que la esencia de su obra en el mundo fue el amor, la humildad y la caridad; esos atributos son innatos al espíritu y eternos como él.
98 Cuando anuncié a mis discípulos mi nueva venida y dejé entrever la forma en que me manifestaría a los hombres, ya hacía mucho tiempo que la promesa os había sido hecha.
99 Aquí tenéis ante vosotros desarrollándose aquel tiempo, aquí están cumpliéndose aquellas profecías. ¿Quién puede sorprenderse? Sólo los que han dormido en tinieblas o los que borraron de ellos mismos mis promesas.