De Enseñanza 134 10 Sé que vais a ver surgir, por todos los puntos de la Tierra, hombres y mujeres que profetizan, que anuncian doctrinas extrañas para todos aquéllos que viven alejados de lo espiritual, seres que curan enfermedades de las que llaman incurables y que predican la espiritualidad como la única doctrina que es capaz de dar al mundo la paz. 11 No estarán definidas ni serán puras las manifestaciones de muchos de aquellos hombres, porque les faltó la dirección del Maestro, mas para entonces, este pueblo que ha sido mi discípulo, llevará mi mensaje por todos los caminos de la Tierra. 13 Los que se levanten después de su sueño de siglos anunciando la luz del nuevo tiempo, serán los muertos que resucitan a la vida espiritual, después de haber permanecido inertes para la verdadera vida. Donde exista el amor, la sabiduría y la justicia, donde haya inspiración e impere la bondad, allí existirá la verdadera vida. 54 La vida es una corriente incesante. Para que el espíritu llegue a ser grande, sabio, fuerte y bondadoso, es menester que viva eternamente. 55 Yo os doy la vida, mas os digo: Avivad la luz de la fe en vuestro Dios, fe en vosotros mismos, fe en la vida y en lo creado. 57 Abolid el dolor. La vida creada por Mí no es dolorosa; el sufrimiento proviene de las desobediencias y faltas de los hijos de Dios. El dolor es propio de la vida que los hombres en su disolución han creado. Elevad vuestra mirada y descubrid la belleza de mis obras; preparaos para que escuchéis el concierto divino. 59 Así como la sangre corre por vuestras venas y vivifica todo el cuerpo, así la fuerza de Dios, como un torrente de vida, pasa a través de vuestro espíritu. No hay motivo para estar enfermo si cumplís la Ley. La vida es salud, alegría, felicidad, armonía; estando enfermos no podéis ser un depósito de los bienes divinos. 61 Yo os descubro una fuente de salud que existe en vosotros, en vuestro espíritu, para que a ella acudáis cuando sea necesario: si sabéis buscarla, encontraréis sus aguas. No quiero un mundo derrotado y triste, un pueblo que por su ignorancia de lo que posee, a cada instante me hable con angustia y me pida con desesperación. Quiero un mundo consciente de cuanto es y posee. 62 Hay quienes están pensando: -¿Y si el hombre siempre fuese sano, cómo moriría?- A lo cual os respondo que no es necesario que vuestro cuerpo esté enfermo para que deje de vivir; basta que el corazón se detenga cuando la hora haya sonado, para que deje de ser. 67 No quisiera el Padre que lloraran sus hijos, aunque os haya dicho: Bienaventurados los que lloran. Mi Ley no os enseña que lloréis sino la manera de evitar el dolor. Si me placiera veros sufrir, no vendría a vosotros como doctor, ni vendría a derramar mi bálsamo sobre toda herida. Aquél que lleva su cruz de penas con mansedumbre, me agrada porque me imita; mas de aquél que en su fanatismo religioso y su ignorancia, atormenta y castiga su cuerpo, recibo su intención que es la de purificarse o tratar de imitarme en mis padecimientos, mas el acto no lo apruebo.