De Enseñanza 150 8 He descendido a todos mis hijos en busca de su espíritu porque me pertenece, mas no todos quieren seguirme; la mayor parte me pide un tiempo más y me dice que por ahora no puede venir Conmigo; y Yo he dado a cada espíritu el tiempo necesario para su cumplimiento. 9 Es cierto que habéis sufrido mucho en este tiempo y que ansiáis vivir una vida mejor, y el Padre os dice: Labrad vuestra paz y, ya sea en este mundo o en el valle espiritual, encontraréis el descanso. Esta Tierra que habitáis es lugar de expiación, de lucha, de perfeccionamiento. 10 Si queréis recordar la vida de Jesús en el Segundo Tiempo, la encontraréis sembrada de sufrimientos, desprovista de comodidades y alegrías del mundo. Él es el ejemplo, el modelo que está delante de vuestro espíritu, para que lo imitéis. Mas todo el que viniera a Mí encontrará el alivio, porque soy el manantial inagotable que se derrama a torrentes; de allí tomad para que reguéis vuestras parcelas. Las tierras están preparadas para que los hombres se apresuren a cultivarlas; los campos les esperan; antes de que se cubran de cizaña o de hierbas nocivas, id y cultivadlas, y cuando miréis que el trigo ha madurado, segadlo junto con la hierba y más tarde separad el uno de la otra; por eso Yo siempre os estoy diciendo: Velad y orad, porque si os descuidáis, la mala hierba hará mayores progresos que vuestra semilla, y su fruto será el que abunde en el día que cosechéis; haced que vuestros campos se doren para que hagáis penetrar vuestro trigo en mis graneros y la cosecha sea abundante. 11 La Humanidad está hambrienta de mi palabra, de mi verdad; los hombres reclaman y anhelan que la luz llegue a su entendimiento, claman justicia y esperan consuelo. Este es un tiempo decisivo; en verdad os digo que muchas ideas, teorías y hasta dogmas que como verdades se tuvieron por siglos, caerán por tierra y serán abandonados por falsos; el fanatismo y la idolatría serán combatidos y exterminados por los que más envueltos y apegados a ellos se encontraban; las enseñanzas de Dios serán entendidas, su luz, su contenido y esencia serán comprendidos y sentidos. 12 Los hombres de ciencia, después de un tiempo de pruebas en que sufrirán confusiones muy grandes, cuando en su espíritu se haga la luz y escuchen la voz de su conciencia, descubrirán lo que nunca habían soñado. 13 Nuevamente os digo: Velad, porque en el tiempo de las luchas de credos y doctrinas, de religiones y ciencias, creerán muchos hombres que el saber que les han dado los libros, será el arma con que puedan vencer a mis nuevos discípulos, sabiendo que vosotros no lleváis libros. Cuando Jesús predicó a las multitudes, no les habló de enseñanzas aprendidas en libros; sin embargo, dio cátedra de sabiduría; pruebas de ello las dio desde su infancia, presentándose en el seno de los doctores de la Ley, para confundirlos y hacerlos enmudecer con sus preguntas y dejarlos asombrados con sus respuestas. El saber de Jesús procedía del Espíritu Divino, el cual todo se lo revelaba. 14 Si cualquiera de vosotros limpiara su entendimiento, despojara su corazón de malos sentimientos y bajas pasiones y elevara su espíritu al Padre para entregarse a Él en el amor y servicio a sus semejantes, quedaría convertido en una fuente limpia que el Maestro llenaría con su inspiración. Sería aquel hombre como un vaso limpio en mi mesa, el cual colmaría con el vino de la vida, para que en él mitigasen su sed los que perecen; el que así se prepare, convencerá a quien le hable, consolará con su palabra, hará callar al vanidoso, realizará obras sorprendentes, de ésas que el mundo llama milagros y que no son más que manifestaciones naturales del amor y de la fe de un espíritu elevado. 15 Cuando os pregunten: -¿Por qué siendo Dios tan grande se ha valido de un insignificante ser humano para manifestar su sabiduría?- contestaréis: -El amor de Dios por sus hijos no tiene límites, por eso se ha servido de ellos para realizar este prodigio-. 18 Si hubiera venido en forma humana a repetir mi lección del Segundo Tiempo, hubiera estacionado a vuestro espíritu, y la Humanidad no me hubiera reconocido; mas Yo, el Maestro de toda perfección, os llevo paso a paso, siempre hacia lo alto de la montaña, enseñándoos cada vez nuevas lecciones. 19 A los humanos es invisible Dios y aun su propio Espíritu porque no tiene forma ni límites; por eso muchos, al miraros elevados en oración, escuchándome, dudan de ello porque no saben que lo divino y lo espiritual, lo aparentemente invisible a los ojos humanos, es sentido por el espíritu y aun por el corazón. 21 Siempre han sido los humildes y los pobres los que descubren mi presencia, porque sus entendimientos no están ocupados con teorías humanas que los apartan del claro discernimiento. 22 En el Segundo Tiempo también aconteció que, habiendo sido anunciada la venida del Mesías, cuando Él llegó, quienes le sintieron fueron los sencillos de corazón, los de espíritu humilde y entendimiento limpio. 23 Los teólogos tenían en sus manos el libro de los profetas y a diario repetían las palabras que anunciaban las señales, el tiempo y la forma de la venida del Mesías; sin embargo, me vieron y no me reconocieron, me escucharon y negaron que Yo fuera el Salvador prometido, vieron mis obras y lo único que supieron hacer fue escandalizarse, cuando en verdad todas ellas habían sido profetizadas. 24 Cuando llegó el día en que las turbas, azuzadas por quienes se sentían intranquilos con la presencia de Jesús, le hirieron y azotaron, y le vieron sangrar como un simple mortal bajo el efecto de los azotes, y más tarde, agonizar y morir como cualquier humano, los fariseos, los príncipes y los sacerdotes exclamaron satisfechos: -¡He ahí al que se nombra Hijo de Dios, al que se creyó rey y se hizo pasar por el Mesías! 25 Fue por ellos, más que por otros, por lo que Jesús pidió a su Padre que perdonara a aquéllos que, conociendo las escrituras, lo estaban negando y ante las multitudes lo estaban mostrando como a un impostor. Ellos eran los que, diciendo ser los doctores de la Ley, en realidad al juzgar a Jesús no sabían lo que hacían, mientras que allí, entre las turbas, había corazones destrozados por el dolor ante la injusticia que estaban presenciando, y rostros anegados por el llanto ante el sacrificio del justo. Eran los hombres y las mujeres de corazón sencillo y de espíritu humilde y elevado, que sabían quién era el que había estado en el mundo con los hombres y comprendían lo que éstos perdían al partir el Maestro. 26 Pueblo: También en este tiempo será juzgada mal la forma de comunicación bajo la cual habéis tenido mi palabra, y también la Doctrina y las revelaciones que os he hecho serán negadas por quienes dicen conocer la forma en que deberá ser mi retorno. Ellos no analizarán mi palabra, no buscarán su esencia, ni tomarán en cuenta los prodigios y señales que os he dado de mi venida y de mi verdad, sino que tomarán como razón para negarme las obras imperfectas que encuentren en este pueblo, sus profanaciones y sus desobediencias. 28 Orad y velad, discípulos, para que sigáis reconociendo mi voz entre todas las engañosas que el mundo os proporciona, y así os veréis conducidos con amor y cuidado hasta el fin del sendero, donde el seno del Padre se abre como un aprisco de magnitud infinita para guardar por siempre a los que crió con amor y envió para que sus méritos en la Tierra les hicieran merecedores de la morada perfecta. 29 Cuando os digo que es Cristo quien os habla, no falta quien juzgue de blasfemos a éstos que transmiten mi palabra; mas no es extraña esta manera de juzgar y de analizar, dado que su insensibilidad a lo espiritual les impide sentirme a través de la esencia de mi Doctrina. 30 Cierta vez delante de los fariseos, dije: El Padre y Yo somos Uno, y también me llamaron blasfemo y recurrieron a las escrituras, tratando de demostrar que era falso todo lo que Yo decía. 31 Hoy os digo que quien no abra los ojos de su espíritu, no podrá mirar la luz divina, porque nadie ha sido tan probado como lo fue Jesús. 41 Si aún pensáis que vuestros sufrimientos se deben a vuestros primeros padres, estaréis cometiendo en vuestros juicios una falta de comprensión con vuestro Dios. 42 En una parábola divina inspiré a los primeros hombres para que empezaran a tener conocimiento de su destino, pero fue mal interpretado el sentido de mis revelaciones. Cuando se os habló del <199>rbol de la Vida, de la ciencia del bien y del mal, del cual comió el hombre, sólo se os quiso dar a entender que, cuando el hombre llegó a tener conocimiento suficiente para distinguir entre lo justo y lo injusto y comenzó a ser responsable de sus actos, desde entonces comenzó a recoger el fruto de sus obras. 43 Muchos han sido los hombres que han aceptado que todas las lágrimas de este mundo han sido causadas por un pecado de los primeros pobladores, y en su torpeza para analizar la parábola, han llegado a decir que Jesús vino a lavar con su sangre toda mancha. Si tal afirmación hubiera sido cierta, ¿por qué a pesar de que aquel sacrificio ya fue consumado, los hombres siguen pecando y también sufriendo? 44 Jesús vino a la Tierra para enseñar a los hombres el camino de perfección, camino que enseñó con su vida, con sus hechos y con sus palabras. 45 Sabéis que Dios dijo a los hombres: Creced y multiplicaos y henchid la tierra. Esa fue la primitiva ley que se os dio, oh pueblo; más tarde, el Padre no pedirá a los hombres que tan sólo se multipliquen y que la especie siga creciendo, sino que sus sentimientos sean cada vez más elevados y que su espíritu emprenda un franco desarrollo y desenvolvimiento. Mas si la primera ley fue la propagación de la raza humana, ¿cómo concebís que el mismo Padre os aplicase una sanción por obedecer y cumplir con un mandato suyo? ¿Es posible, pueblo, que en vuestro Dios exista una contradicción semejante? 46 Mirad qué interpretación tan material dieron los hombres a una parábola en que tan sólo se os habla del despertar del espíritu en el hombre; por tanto, analizad mi enseñanza y no digáis más que estáis pagando la deuda que por su desobediencia contrajeron los primeros pobladores con vuestro Padre. Tened una idea más elevada de la justicia divina. 47 Yo os he dicho que hasta la última mancha será borrada del corazón del hombre; mas también os digo que cada quien deberá lavar sus propias manchas. Recordad que os dije: Con la vara que midieseis seréis medidos. También: Lo que se siembra se cosecha. 48 Este es el tiempo en que podéis comprenderme cuando os digo: Creced y multiplicaos. Que esto debe ser hecho también espiritualmente y que debéis henchir el Universo con vuestras buenas obras y con pensamientos elevados. 49 Yo doy la bienvenida a todos los que quieren acercarse a Mí, a todos los que buscan la perfección. 50 Reposad de vuestras fatigas terrestres, hijos míos; penetrad en vuestro interior, donde está el templo, y meditad en mi palabra. 51 Os tengo destinados para que extendáis por la Tierra el bien, que es la verdadera espiritualidad. 52 ¿Os sentís incapaces y pequeños? ¿Os juzgáis impuros para poder llevar sobre vuestro espíritu una misión de esta naturaleza? Es que no conocéis mi sabiduría y mi misericordia. Es que no observáis con pureza los ejemplos que a cada paso os doy a través de la Naturaleza. 53 ¿No miráis cómo los rayos del sol, iluminándolo todo, llegan hasta la más infecta charca, volatilizándola, elevándola a los espacios, purificándola y convirtiéndola finalmente en nube que habrá de pasar sobre los campos fecundándolos? 54 A veces me decís: -Maestro, ¿cómo has puesto tus ojos en la Humanidad de este tiempo, cuando ya no hay patriarcas, ni justos, ni hombres que puedan ser apóstoles tuyos, si Tú ves que vivimos en un mundo de cieno y pecado?- A lo cual Yo os respondo que mi poder hace brotar lirios de entre el mismo fango, de donde nadie podría imaginar que surgiera una flor de tan maravillosa pureza. 55 Dejad que el sol de mi palabra penetre en vuestro ser, para que os purifique y os eleve, y presto os levantéis fecundando el corazón de vuestros hermanos. 56 Dejad que en medio de esa vida de pecado y corrupción que vive la Humanidad, brote la limpidez de vuestras obras y la pureza de vuestras oraciones, y de cierto os digo que vuestro espíritu no tendrá entonces nada qué envidiar de los lirios. 58 En verdad, en verdad os digo que hay más amor en los pecadores arrepentidos, que en aquéllos que se han tenido siempre por buenos. Así, Yo seguiré hablando y los pecadores se seguirán arrepintiendo de sus faltas y aumentando el número de los convertidos. 59 El corazón del pecador es más sensible al toque de amor de mi palabra, y es que hay muchos hombres que han pecado porque en su vida les ha faltado amor. Ellos, cuando han escuchado mi voz de Padre llamándoles, perdonándoles, curándoles sus heridas, comprendiéndoles como nadie en la Tierra los ha comprendido, pronto han sentido el divino toque en las fibras más sensibles y han experimentado la perseverancia de su Maestro ante ellos. 60 Así van por el mundo muchos hombres que buscan una frase o una luz redentora, un consuelo para su pena. Buscan alguien que los disculpe, que no les señale sus faltas, que les hable de una vida mejor; mas no lo encuentran en el mundo, y entonces se encierran en sí mismos, se vuelven herméticos y a nadie le vuelven a confiar sus secretos. 61 Esos corazones sólo los abre la llave del amor, la que Yo poseo, y que precisamente vengo a confiar a todo aquél que abra su corazón y me diga: -Maestro, quiero seguirte. 62 Del fondo del corazón de la multitud surge esta pregunta: -¿Eres Tú el Mesías?- Yo sólo os digo: Oíd mi palabra, penetrad en su sentido y buscad su esencia. 63 Yo hablo la verdad, enseño el camino, revelo la reencarnación que es ley para que se perfeccione el espíritu y llegue a la meta de su destino. ¿Lo dudáis? De cierto os digo que la verdad en nada se altera con vuestras dudas; ella sigue siendo la misma. 64 Yo os digo que nunca neguéis por el solo hecho de que no comprendáis. Pensad que si sólo fuese verdad lo que vuestra pobre mente comprende, no existiría nada. 65 Hay quien me dice: -Maestro, si Tú todo lo sabes, si aun antes de que las criaturas sean, Tú las conoces, ¿sabíais que en aquel tiempo Judas iba a entregarte?- ¡Ah, entendimientos rudos que llegáis aún en estos tiempos a formular semejantes preguntas! Yo que todo lo sé por eso lo escogí, porque sabía que aquel hombre no podría obrar de otra manera, y era indispensable que me sirviese de cada una de las imperfecciones de mis discípulos para entregar una lección. 66 El discípulo aquel que traicionó a su Maestro es un símbolo, un libro abierto que existe en cada conciencia humana, para que supieseis entender su significado y escuchar sus enseñanzas. 67 Sabed que en cada hombre habita un Judas. Sí, discípulos, porque en vuestro caso la materia es el Judas del espíritu; la materia es la que se opone a que brille la luz de la espiritualidad, la que acecha al espíritu para hacerlo caer en materialismo, en bajas pasiones. 68 Mas no porque sea vuestra materia la que os orille al abismo, vais a condenarla, no, porque la necesitáis para vuestro adelanto y la venceréis con vuestra espiritualidad, como Yo vencí a Judas con mi amor. 69 Yo veo que dudáis del poder del amor, que dudáis de la fuerza de la fe. 75 Dejad que vuestra fe hable y el Cielo os contestará. 76 Encontrábase el Espíritu Divino lleno de amor, a pesar de existir sólo Él. 77 Nada había sido creado, nada había en torno al Ser Divino y, sin embargo, amaba y se sentía Padre. 78 ¿A quién amaba? ¿De quién se sentía Padre? De todos los seres y de todas las criaturas que habrían de brotar de Él y cuya fuerza estaba latente en su Espíritu. En aquel Espíritu estaban todas las ciencias, todos los elementos, todas las naturalezas, todos los principios. Él era la eternidad y el tiempo. En Él estaban el pasado, el presente y el futuro, aun antes de surgir a la vida los mundos y los seres. 79 Aquella inspiración divina se hizo realidad bajo la fuerza infinita del amor divino, y comenzó la vida. 80 El seno de Dios se llenó de seres, y en todos se manifestó el amor, el poder y la sabiduría del Padre. 82 Primero existió la vida espiritual, primero fueron los espíritus y después la naturaleza material. 83 Como estaba dispuesto que muchas criaturas espirituales habrían de tomar forma corpórea para habitar en mundos materiales, todo fue previamente preparado, a fin de que los hijos del Señor encontrasen todo dispuesto. 84 Sembró de bendiciones el camino que habrían de recorrer sus hijos; inundó de vida el Universo y llenó de bellezas la senda del hombre, en quien depositó un destello divino: el espíritu, formado de amor, de inteligencia, de fuerza, de voluntad y de conciencia; mas a todo lo existente lo envolvió en Su fuerza y le señaló su destino. 85 El Padre quedaba ahí, como el principio de todo lo existente; y luego de ofrecer al Universo el camino de la evolución y el perfeccionamiento, se quedaba en espera del retorno de sus hijos, para que en Él encontrasen también su final que sería la perfección del espíritu en la eternidad. 86 Ese camino trazado a cada elemento, a cada criatura y a cada especie, era ley que el Creador escribía imborrablemente en sus hijos: la ley de evolución. 87 Todo vibra para el fin a que fue creado, todo camina hacia la perfección, girando sin cesar en torno a un mandato, a un principio y a una Ley. 88 El Padre, a semejanza del sembrador, tomó los elementos de vida que en Él había, como si fuesen tierra y allí depositó la semilla de vida que procede de su amor, para esperar el instante de recoger un fruto tan perfecto como fue la semilla y como fue la inspiración. 89 Los hombres de ciencia de estos tiempos se abisman al descubrir que su mundo tiene más tiempo de vida del que ayer le supusieron los primeros científicos; y cuando creen que la Tierra es una estrella en decadencia próxima a apagarse, Yo les digo que ha vivido tan poco todavía, que aún le falta mucho para llegar al grado de poder dar albergue a las generaciones de la gracia y la espiritualidad.