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De Enseñanza 177

40 Humanidad muy amada: No creáis que si he vuelto en este tiempo, ha sido para reclamaros mi sangre derramada en el Segundo Tiempo; no, aquella esencia ha quedado depositada en vuestro espíritu.

Esa sangre hablará en cada uno de vosotros cuando sea llegado el caso; mientras tanto, muchos están esperando que vuelva el Hijo del Hombre para pedirle una vez más su sangre.

En cada corazón de mis hijos estoy viviendo mi Pasión divina.

41 Nazco en él en su inocencia, cuando él nace a la fe. Padezco en él cuando sus pasiones se desencadenan y le azotan. Cargo la pesada cruz de sus pecados, de sus ingratitudes y de su orgullo. Muero en su corazón cuando me desconoce, declarando que no tiene más señor ni más rey que el mundo. Y allí, en lo más profundo y oscuro de su ser, encuentro mi tumba.

43 Así como he encontrado en cada corazón de la Humanidad una cruz y una tumba, de cierto os digo que en todos habrá un tercer día, en el cual he de resucitar lleno de luz y de gloria.