18 A través de los tiempos, Yo he contemplado a muchos de mis hijos que han renunciado a los placeres que este mundo ofrece y han penetrado en el camino de mi Ley para trazar a la Humanidad una huella de ejemplos y alicientes espirituales.
Esas criaturas, esos seres que habitaron la Tierra como vosotros y vinieron sólo para traer su mensaje de amor y consuelo, hoy moran en el mundo espiritual y gozan de la verdadera paz.
19 No os pido que me dediquéis todo vuestro tiempo, porque os he confiado deberes y responsabilidades en la Tierra; pero es menester que comprendáis que el cuerpo humano que tanto amáis, no es más que la capa o envoltura del espíritu; es la materia en la cual se despiertan todas las pasiones.
20 A esa materia le habéis dejado llenarse de imperfecciones y tentaciones que forja vuestra mente, cuando no veláis y oráis.
21 Sé que mientras estéis en este mundo, vuestro corazón y vuestros sentidos latirán para ese cuerpo; pero luchad contra todo lo superfluo, lo vano y lo frívolo.
No os aconsejo que os encerréis en claustros, renunciando al mundo y al trato con vuestros semejantes, porque vuestro amor y servicio a mi Divinidad sería mal entendido.
No aspiréis a ser puritanos, olvidando que estáis sujetos a cumplir también las leyes de la Naturaleza.
22 Cumplid las leyes a que os ha sujetado el Creador; unas pertenecen al espíritu, otras a la materia, y sólo os mando que renunciéis a lo superfluo, a la vanidad y a la hipocresía.
23 Oh, discípulos amados, que estáis atentos a la lección del Maestro: Ved cómo mi palabra despierta las facultades que se encontraban dormidas en vosotros.
25 Ahora bien, discípulos amados, cuidaos de caer en tentación; no toméis la causa que no os toque juzgar, dejad que en vosotros se pueda reflejar la espiritualidad. Sé que vuestra lucha es ardua, que hacer el bien es duro y amargo a veces. Por eso antes os enseño a amar y a perdonar a los vuestros para enviaros luego entre la Humanidad.
26 No os canséis, que el trabajo para el espíritu nunca terminará. Si ahora os parece una restitución o un castigo, cuando vuestro espíritu se eleve lo recibirá como una recompensa, porque él nunca se fatigará de amar y sembrar el bien.
27 Bienaventurado el corazón preparado porque se asemeja a la rosa fragante que exhala su perfume. Bienaventurado el pensamiento del hombre que ha sabido elevarse a Mí, porque él contempla las bellezas espirituales. Quien sepa elevar su espíritu, hará obras grandes y su mente sabrá concebir y forjar un mundo mejor.
28 Yo he venido a prepararos para que os levantéis a edificar un mundo en que reine el bien, porque los hombres en este tiempo han contribuido con sus pecados en una u otra forma a la destrucción de lo más noble y elevado que pueda existir en el corazón de la Humanidad: el amor espiritual.
29 No persigáis tanto vuestra comodidad; dejad ese afán de querer asegurar el mañana; dejad vuestra inconformidad. ¿Qué queréis o esperáis de este mundo? Ya habéis tenido glorias, placeres, elogios. Unos habéis tenido todo, otros habéis tenido mucho; sin embargo, os encuentro a todos desnudos de buenas obras.
31 Yo soy en vosotros mismos. ¿Por qué los hombres me han de buscar siempre en ese azul que llaman cielo? También puedo deciros: Yo estoy más allá de ese cielo. Buscadme con humildad y respeto y Yo os permitiré penetrar muy dentro de mi sabiduría; mas, ¿qué hombre habrá penetrado con su pensamiento donde está la potencia de Dios? Nadie, porque ninguno conoce camino o escala para llegar a Mí, porque ha desoído la voz de la conciencia.
32 El hombre todavía no conoce su morada, la Tierra, cuya naturaleza aún le reserva muchas sorpresas. Y aún existen muchos mundos como el que os rodea. Pero si no es conocida esta Creación que es solamente parte de mi Obra, ¿cómo hay quien pretenda conocerme por medio de su ciencia?
33 Estoy hablando al espíritu, que algún día cruzará por el verdadero camino que a Mí conduce y verá mi divino esplendor.
34 Sed los humildes hombres del saber. Sed hombres de paz.