De Enseñanza 189 57 No olvidéis que esta nación tiempo ha viene desempeñando una misión espiritual en la Tierra y está llamada a desempeñar un alto destino entre la Humanidad. Si a vosotros os ha señalado la caridad del Señor para venir a morar en ella, sembrad en su seno aunque sea una sola simiente, pero que ésta sea de amor, de paz, de espiritualidad y con eso vuestro paso por la Tierra no habrá sido estéril. Desde ahora debo advertiros que por alto que sea el destino de esta nación, no la debéis tomar como la Tierra de Promisión, ni como una nueva Jerusalén. No confundáis a nadie y vosotros no entréis en confusión. A los discípulos del Señor, a los espiritualistas, el Padre no les podía heredar bienes materiales. Si es grande la misión de este suelo, si esta nación deberá alcanzar un gran desarrollo, sus moradores serán los que anuncien al mundo mi presencia y los que testifiquen la grandeza y la verdad de mi Doctrina, con sus ejemplos y obras. 58 Os dejaré una vibrante huella de mi comunicación entre vosotros, con la cual podréis conmover al mundo; ésta será mi palabra, que ha sido escrita bajo dictado divino. 59 Primero quedará escrita en libros materiales, en los que los hombres puedan asomarse a mi Arcano y penetrar en mi sabiduría. Después, cuando esa esencia haya sido guardada en el corazón de mis discípulos, aparecerá el verdadero libro en el espíritu del pueblo del Señor. 62 Pueblo: Conoced a fondo el destino que tenéis entre todos los pueblos de la Tierra, para que sepáis cumplir vuestra misión, ahora que el tiempo es propicio. 63 Vengo a preparar vuestro corazón para poder morar en él. El mundo también se preparará; en las mentes de los hombres germinará la semilla de la paz y vosotros, que la habréis esparcido por todos los rincones de la Tierra, estaréis de plácemes al contemplar el fruto de vuestro trabajo, porque caminando a imitación del Maestro, enseñasteis el buen vivir y orasteis por todos. 64 En todas las naciones se hablará de reconciliación, de fraternidad y paz, y ello será un principio de unificación. 66 No será preciso que todos mis hijos lleguen a las comarcas que llamáis extranjeras; muchas veces bastará que eleven su oración en su pensamiento y limpien su corazón, para que su espíritu se manifieste y se identifique con sus hermanos, por distantes que éstos se encuentren. Y aquéllos serán puestos alerta por el mundo espiritual. 68 Cuidaos de no entregar una caridad aparente, llevando en vuestro corazón el egoísmo. Haced cuanto bien podáis, sin interés personal. Hacedlo por amor, que es la Ley que os he enseñado y habréis acumulado méritos para la elevación de vuestro espíritu. Mostrad mi enseñanza como Yo os la he entregado; es la misma que mostré a mis profetas y a mis apóstoles de otros tiempos. 69 El hombre en su materialismo ha encontrado la conveniencia de equivocar mi palabra que he entregado en todos los tiempos. Mas mi obra es perfecta y no radica en palabras materiales. Preparaos y descubriréis siempre mi verdad; entonces encontraréis que mi semilla os la he dado en todos los tiempos con grandeza, para que vosotros también la entreguéis con el mismo amor y caridad. 70 No será menester que impresionéis a nadie haciendo uso de ritos o de formas exteriores; el templo de vuestro corazón se hará visible y en él contemplarán vuestros hermanos su lámpara y su altar. 71 Aprended desde ahora a sentirme, lo mismo en vuestras buenas obras, que cuando estéis luchando por dejar el fango en que habéis caído. 72 Yo os he enseñado a buscar la verdad en la sencillez. ¡Cuán pobre es aún la mente humana al buscar la verdad en las ciencias complicadas que ella misma forja! ¿Por qué ir a buscarme tan lejos llevándome consigo? ¿Quién no sabe que está creado a semejanza del Padre, dotado de atributos divinos como son la conciencia, la inteligencia y la voluntad? 73 Yo vine a vivir con los hombres en el Segundo Tiempo, compartí vuestro pan y vuestro techo; mas la grandeza de Jesús radica en su humildad. 74 Así os enseño, para que sepáis desprenderos de lo material en aras de vuestro amor al prójimo; pero antes debéis purificaros, porque es ley que evolucionéis; y si es ley que todo evolucione, no deben maravillaros las profecías que están por suceder; lo que contemplen vuestros ojos, sólo os llenará de regocijo al comprobar que todo lo gobierna una Ley perfectísima, y que lo que hoy acontece a vuestro espíritu no pudo haberle acontecido antes, porque todo se manifiesta a su tiempo, hasta lograr la perfección. 75 No sólo en la Tierra se lucha por el adelanto de la Humanidad; desde otros mundos trabaja por su salvación y progreso el mundo espiritual. Por lo que os digo que la simiente espiritualista fructificará en el seno de todas las religiones. Después de las grandes luchas, y cuando los hombres digan que es una nueva religión que viene a sembrar la división, vosotros contestaréis que el Espiritualismo es una doctrina y es la misma que la primera entregada a los hombres y la única que ha regido a los espíritus; pero esa voz saldrá de vuestro corazón que es donde radican vuestros sentimientos, que se manifestarán cuando lloréis por el dolor ajeno, también cuando lloréis de alegría por la de vuestro semejante, porque lo que os he enseñado siempre es a amaros los unos a los otros.