59 Llegasteis a Mí con el corazón destrozado por las dudas, porque hacía mucho tiempo que buscabais la verdad sin encontrarla y al escuchar mi palabra, de pronto dudasteis; mas luego llegó la fe y quisisteis saber lo que existe aparte de vuestro cuerpo y de la vida material; quisisteis comprender esos dones y os convencisteis de que, cuando el cuerpo que ahora poseéis quede inerte bajo la tierra, vuestro espíritu seguirá viviendo, porque una voz os dice que no sois únicamente materia.
60 Y os preguntáis: -¿Qué es el espíritu? ¿En qué forma vive? ¿Cómo debemos prepararlo para que penetre en el mundo en que ha de habitar eternamente? ¿Qué evolución deberá alcanzar? ¿Y qué relación tendrá con los demás seres espirituales y aun con la misma Divinidad?
61 Todas estas preguntas os habéis hecho; el interés os atrae; ese interés más tarde se ha ido convirtiendo en una necesidad espiritual, reconociendo que lo que habéis escuchado de labios del portavoz ha conmovido profundamente vuestro corazón.
63 No os entristezcáis cuando recordéis que desde el Segundo Tiempo os dije: Muchos son los llamados y pocos los escogidos; porque en verdad no soy Yo el que escojo. Yo llamo a todos y Conmigo quedan los que me aman y quieren seguirme. Si vosotros que habéis sido llamados queréis ser de los que me sigan, perseverad.
64 Mi palabra y mis revelaciones son para todos; unos llegarán primero a la comprensión, otros más tarde, pero todos llegarán.
65 El hombre, por el libre albedrío de que goza, es quien voluntariamente escoge el camino que le agrada, el que comprende o el que más fácil le es de seguir. A todos hago el llamado, pero aquél que más preparado se encuentra, es el que escoge mejor camino.
Así, aquél que viene a escuchar mi palabra y ha sido sensible al llamado y se ha estremecido al oír mi lección, encontrará en ella la verdad que busca y ya no se apartará.
Éstos serán los que no necesiten de la ostentación y grandeza de los templos edificados por los hombres, porque no les inspiran ya ni devoción ni fe. Saben que esos templos serán innecesarios cuando el hombre haya logrado la espiritualidad; su preparación será un llamado a la perfección; y es mi Divinidad quien se acercará a él para purificarle. Así habitaré en su corazón y estableceré entre él y mi Espíritu la verdadera comunión espiritual.
66 Si por un instante pudieseis desprenderos totalmente de vuestra parte material, se llenaría de gozo vuestro espíritu al sentirse envuelto en la luz del Más Allá. Esa luz es la que llega a vosotros en forma limitada a través de mi rayo divino. Me limito para haceros sentir mi presencia, porque siendo Yo fuerza universal, creación, poder, luz y vida, no podría venir a vosotros en toda mi potencia.
67 Así como tomáis del sol que os alumbra solamente los rayos necesarios para vivir, también os digo, si abusaseis de esa fuerza, os dañaríais porque ella es demasiado grande y fuerte para criaturas como vosotros.
68 Lo mismo acontece con lo espiritual. Tenéis que tomar de la Divinidad la parte necesaria a vuestro espíritu, sabiendo que en esa chispa que recibís tendréis toda la fuerza para sentir la inspiración que mueva las fibras de vuestro corazón, la luz que os dé entendimiento y comprensión para cumplir vuestra misión. En ella encontraréis esa armonía que debe existir entre Dios y el hombre.
70 Yo soy como un sol, vosotros sois como una chispa de él. Fuisteis creados pequeños para que crecieseis por vuestros méritos desarrollando vuestros dones.
Fuisteis puros en un principio, pureza que más tarde manchasteis en las pruebas y en el pecado, porque fuisteis puestos en un camino donde os levantaseis por el esfuerzo de vuestra voluntad, para que en él hicierais méritos y levantaseis cosecha.
71 Fue necesario que el espíritu viniese entonces a la Tierra a encarnar, una vez tras otra, en diferentes materias, para que el espíritu se formase un concepto de sí mismo, para que adquiriese conocimiento y elevación. Así, paso a paso, pudo llegar el tiempo presente en que pudiera no sólo comprender, sino aun conocer su futuro entre la Humanidad y también la vida espiritual que le espera.
Quien llega a adquirir amplio conocimiento a través de su lucha, no necesitará para su evolución de nuevas materias, porque estará capacitado para habitar en las moradas espirituales. Así irá escalando peldaño por peldaño la escala de perfección hasta llegar a Mí.