De Enseñanza 226 2 Mucho os he hablado de las pruebas que habrían de afligir al mundo en este tiempo. Si observáis, contemplaréis que se han manifestado ya; mañana vendrán otras aún mayores. Vosotros, que tenéis el antídoto, podréis ser respetados. Si cumplís mis mandatos, podréis ordenar a los elementos que se detengan y no hagan daño a los vuestros, y ellos como siervos sumisos obedecerán. Vuestra potestad alcanzará no sólo a una pequeña porción, sino comarcas y naciones recibirán un atenuante en su aflicción por la oración del pueblo de Israel. Mas ¡ay! de vosotros si no permanecéis orando y velando, porque entonces vuestra falta de cumplimiento pesará sobre vuestro espíritu y os sentiréis frágiles para hacer frente a las vicisitudes. 3 En este tiempo de meditación y de cumplimiento debéis prepararos para concluir la misión comenzada en tiempos pasados. Reparad yerros, restituid con amor su limpidez a vuestro espíritu. Vuestra deuda es grande, porque no habéis entregado como emisarios míos todo lo que os he confiado para la Humanidad. 4 Bendito sea el que tiene fe, mas también bendigo al que viene a Mí, pidiéndome ese precioso don. La fe os salvará, os he dicho siempre. En los trances difíciles, en las grandes pruebas, todo el que ore y confíe será salvo. ¿Por qué caéis a veces en el abismo de la desesperación y de la desconfianza, sabiendo que os amo y que tenéis toda mi protección? Si no habéis practicado la fe, buscadla en vosotros mismos, y cuando la hayáis encontrado la llevaréis como una lámpara para iluminar vuestro camino. Entonces seréis fuertes, pacientes y conformes con vuestro destino. 5 Yo os he enseñado a orar, y en esa oración hemos conversado. Me habéis llamado en vuestros sufrimientos y en vuestras horas de paz; también cuando habéis pecado, habéis buscado mi presencia para llorar Conmigo vuestras faltas y tranquilizar así a vuestro espíritu. Mi amor y mi paciencia son infinitas y se manifiestan a cada instante entre vosotros. 7 Buscadme en el infinito con la sensibilidad de vuestro espíritu, mas no pretendáis mirarme, vuestros ojos no podrán mirar a mi Espíritu. Juan, mi discípulo del Segundo Tiempo, no contempló en su gran visión a mi Espíritu en toda su magnitud. Sólo presenté a su pupila espiritual símbolos que encerraban un gran misterio, que él con toda su elevación no alcanzó a interpretar. Él me dio gracias por lo que Yo le había concedido y escribió lo que vio y oyó en ese gran miraje para las generaciones futuras. 8 Profetas de este tiempo: Penetrad con respeto en el infinito y Yo os concederé por vuestra preparación hermosos mirajes que alienten al pueblo y le anuncien los acontecimientos que han de suceder; los niños darán testimonio de lo que han visto, Yo les concederé grandes videncias; la luz de mi sabiduría descenderá entre vosotros. 9 La palabra que el Maestro ha venido a transmitir en este tiempo, tiene la gracia de manifestar las enseñanzas ignoradas por los hombres, por medio del hombre preparado que cumple con verdadera comprensión su misión de portavoz. Y esta gracia, a la vez, os enseña a comprender a través de mis manifestaciones, la evolución que el espíritu ha alcanzado en el Tercer Tiempo. 10 Mi luz es la que os ha hecho mirar con claridad esta verdad, ella se infiltra en todo vuestro ser; es, para el espíritu fatigado, agua cristalina para calmar su sed; para el corazón es fortaleza en la lucha contra la miseria y las tentaciones con las que tenéis que enfrentaros día tras día. Ese conocimiento es la fuerza que os alienta, es la gracia que reviste a mis discípulos. 11 Para llegar a conocer algo más del espíritu y de la vida que os rodea, habéis tenido que desarrollaros a través de varias existencias. Habéis penetrado en la Era de la luz, que os permite contemplar las lecciones de mi Doctrina en su verdadero sentido, ya no en la forma en que la imaginabais. Y eso os permite distinguir el camino que conduce a la vida eterna. Por esta luz, ¡cuántas revelaciones conocerá el hombre y cuántos pasados errores tendrá que lamentar al descubrirlos! Porque es la hora del despertar, es la era de la libertad del espíritu y del pensamiento. 12 Todas las costumbres superfluas que como cadenas arrastró el hombre, desaparecerán de él al libertarse del materialismo con su nueva preparación. 13 Tendréis que levantar vuestra voz para que la escuche el mundo. Vosotros seréis los portavoces de esta Buena Nueva, como testigos verdaderos que sepan explicar lo que sus oídos escucharon y su entendimiento recibió, confirmándolo con vuestras obras de amor y caridad. 14 Si hasta ahora no existe perfección en vuestros actos es porque no habéis querido transformaros dentro de mi Doctrina; os ha faltado voluntad, abnegación y esfuerzo, pero vuestro espíritu quiere elevarse ansioso de acercarse a Mí y de cumplir su misión. 15 Si los hombres de ciencia proclaman la grandeza de su sabiduría, es porque se encuentran convencidos de ello. Para que vosotros podáis hablar de mi Obra, también tendréis que profundizaros en ella hasta estar ciertos de su verdad. 16 De lo que no conocéis, comprended que no podéis hablar ni afirmar, por temor a caer en mentira o error; cuando haya en vosotros preparación, conocimiento y fe profunda, poseeréis la luz de la verdad. 17 Mirad que mi enseñanza no se limita a vuestros conceptos y vuestra capacidad de comprensión. Mi sabiduría divina no tiene fin. No hay quien pueda decir que alguna de mis revelaciones la tuvo o la concibió antes de que Yo se la otorgase. 18 Mientras los científicos tratan de explicarlo todo a través de sus conocimientos materiales, Yo revelo a los humildes la vida espiritual, la vida esencial, en la cual está el porqué, la razón y la explicación de todo lo que existe. 19 Del conocimiento que impartáis, surgirá el concepto que de mi Obra se formen los hombres. Muchos por falta de comprensión juzgarán mi Doctrina por vuestra humildad, como en el Segundo Tiempo fue juzgado Jesús el Cristo por su apariencia humilde y su vestidura pobre y porque también aquéllos doce que le seguían mostraban la humildad de su indumentaria. Yo os digo en verdad, que no estaban cubiertos de andrajos y que solamente habían renunciado a las vanidades materiales, porque a través de mi enseñanza habían comprendido cuáles eran los verdaderos valores del espíritu. 20 Os digo, discípulos: Cuando los hombres se levanten a estudiar mi Obra y os busquen e interroguen, no vayáis a caer en tentación creyéndoos superiores por el conocimiento que de Mí habéis recibido. Cuanto más humildes os mostréis, más nobles y dignos de confianza os contemplarán. 21 Así, de hombre en hombre, irá penetrando la luz que disipe el fanatismo y liberte al espíritu. Y los que se nombraron cristianos sin serlo, conocerán e interpretarán las verdaderas enseñanzas de Cristo a través de esta luz, porque ella les dará un elevado concepto de la vida espiritual, de la que Jesús habló en sus enseñanzas. 22 Discípulos: Oídme, porque Aquél que os enseñó la humildad y en su amor os llamó hermanos, es el mismo que hoy viene a hablaros en este tiempo. 23 Mi Arcano se abre ante los discípulos para convertirlos en maestros. Escuchadme y estudiad mi palabra para que pueda enviaros a las comarcas y pueblos a esparcir mis enseñanzas. 24 En este tiempo os hablo desde mi Solio y mi voz se escucha en vuestro mundo a través del hombre dotado por Mí. 25 Así como en el Primer Tiempo fue anunciada la venida del Mesías, así también anuncié mi nueva venida, y ¡aquí me tenéis! 26 En 1866, por conducto de Roque Rojas, se manifestó el espíritu de Elías, el profeta y precursor, para preparar los caminos del Señor, para encender una lámpara en el corazón de los primeros, anunciarles mi próxima llegada y preparar a los portavoces por los cuales habría de manifestarse mi Espíritu Santo, hombres y mujeres carentes de ilustración material. 27 Por esos conductos me he venido a comunicar, para que mi palabra se escuche aun por los nombrados ministros de Dios en la Tierra, para que todo aquél que en alguna forma infrinja mis leyes, se exima de seguirlas profanando y se levante enseñan do a los hombres el camino verdadero que conduce a Mí. 28 Nuevamente se levantarán los escribas y los fariseos para juzgarme y someterme a prueba; ahora será en vosotros; mas os digo: Sed humildes con esta humildad que os vengo enseñando, para que ellos os reconozcan como mis discípulos. 29 No se encuentra reunido aún el pueblo de Israel, porque mientras unos están en espíritu, otros aún tienen materia; mientras unos se hallan salvos, otros se encuentran al borde del abismo. Entre éstos están los que creyendo amar al Padre, a quien adoran es al becerro de oro. Mas se acerca el instante en que este pueblo se encuentre reunido y preparado. 30 Vosotros que me estáis escuchando y que formáis parte de ese pueblo, sois los que habéis acudido a la voz de mi llamado, que cual campana sonora toca a vuelo, y la recompensa de vuestra sumisión y buena voluntad la tenéis al escuchar al Verbo Divino, al mismo que os habló en Jesús, el Rabí de Galilea. 31 Yo os enseño a no censurar las creencias y prácticas de vuestros hermanos en sus diferentes religiones. Mi Doctrina, que es universal, os enseña el respeto a toda creencia. Sabéis que estoy en todos, lo mismo en el que está limpio, como en el que se encuentra manchado por el pecado. 32 Yo a todos amo y a nadie castigo; es mi justicia la que corrige y perfecciona a los espíritus. 33 El Espíritu Divino está lleno de amor; en Él no existe la ira; creed que si el Padre ante vuestras ofensas y faltas por un instante se sintiese airado, ese instante bastaría para exterminaros. 34 Por eso he venido sobre la nube blanca para haceros oír mi palabra, apartando vuestra maldad, abriendo a la verdad vuestros ojos espirituales y presentándome en el desierto de vuestra vida como una palmera, bajo cuya sombra habéis descansado. 35 No he venido a daros riquezas materiales, porque si necesitándolo todo llegáis a volverme la espalda, ¿qué haríais si os convirtiese en acaudalados? Pero de cierto os digo que lo que os estoy entregando es más que una joya, es un tesoro.