De Enseñanza 239 92 La comunicación de Espíritu a espíritu tiene un sentido amplio, infinito; dentro de ella está el desarrollo de todas vuestras potencias y de todos vuestros dones. 93 En ella encontraréis el libro de la eterna sabiduría; en la oración os sentiréis iluminados por grandes inspiraciones; la intuición será una brújula en vuestra vida y el bálsamo curativo llegará a vuestras manos directamente del Más Allá. Todos los dones, adormecidos hasta ahora, despertarán de su letargo y florecerán en el corazón del hombre; y cuando la espiritualidad sea una realidad entre vosotros, vuestra mano podrá ser como fue la de mi apóstol Juan, y escribiréis en la hora de vuestra inspiración todo aquéllo que la voz divina os dicte a través de la conciencia. En ese mensaje recibiréis todo lo que el portavoz en su pequeñez no haya podido transmitir; así como también sentiréis llegar a vuestra mente la profecía clara y luminosa, para señalar el sendero a las generaciones que habrán de suceder a los que inicien el tiempo de la espiritualidad. 94 Cuando lleguen estos tiempos y os encontréis hablando a grandes multitudes, no digáis que estáis hablando bajo la inspiración del Espíritu Santo; dejaréis que sean los hombres los que descubran la verdad en el fondo de aquella inspiración. 95 Recordad: Cuando Yo hablaba a las multitudes no faltaba quien, asombrado de la sabiduría de mi palabra o de la justicia de mis obras, se aproximase para preguntarme: -¿Eres Tú el Hijo de Dios, eres el Mesías?- A lo cual Yo contestaba simplemente: Tú lo has dicho. 96 Mi comunicación, si la analizáis a fondo, no cesará en 1950, sino que seguirá, porque el Verbo de Dios es eterno y nunca ha cesado de iluminar a sus hijos; mas esta forma de comunicación por medio de un portavoz humano, sí dejará de ser en la hora fijada por mi voluntad, para dar paso al tiempo en que habré de comunicarme a través de vuestra conciencia. ¿Veis cuántas multitudes me rodean en este tiempo de comunicación? Pues Yo os digo que después de 1950, pocos serán los que me sigan. 97 Nadie diga que voy a ausentarme, ni crea que el mundo espiritual que se ha manifestado entre este pueblo va a su descanso, porque estaríais muy lejos de la verdad. Sabed desde ahora, y tened fe en lo que os digo, que será en los días en que ya no escuchéis esta palabra cuando comencéis a sentir en vuestro interior la presencia del Maestro, cuando comprendáis la preparación que deberéis conservar para haceros dignos de alguna gracia y cuando busquéis la forma de no alejaros de aquellos benditos seres que son como faros o estrellas que iluminan el camino de vuestra vida.