13 Sólo el que sienta y viva mi Doctrina y mi Ley, podrá llamarse maestro en mi Obra; ahí os conduce esta palabra para que conozcáis lo elevado y lo profundo, porque al espíritu que quiere ser grande sólo las obras grandes le interesan. El espíritu pequeño anda sólo en torno de lo pequeño y para creer tiene que despojarse de lo superfluo con dolor y fortalecerse con el amor de su Padre.
14 El espíritu grande sacrifica hasta lo que podéis considerar más querido, en aras de su ideal elevado o en aras de su misión de amor.
15 ¿Os extrañáis de que mis discípulos del Segundo Tiempo todo lo hayan dejado por seguirme, todo os lo hayan dado por amaros?
17 Aún más os diré sobre los espíritus grandes: ellos no son sensibles a las ofensas ni débiles ante los golpes, ven con indiferencia esas miserias y ven con piedad a los que las llevan; ellos están por sobre esas pequeñeces y van solamente a lo que es grande.
19 El que practique el bien es apóstol de Cristo, mas no necesitará títulos que lo acrediten como tal, ni será menester que haga alarde de ello.
29 Dad vuestra vida consolando al triste, sanando al enfermo y salvando al perdido, mas no os dejéis matar tan sólo por demostrar que sabéis morir por Mí.
30 En mi Doctrina no debe haber acusados ni acusadores, ofendidos ni ofensores; en ella sólo deben existir los que aspiren a elevarse por la práctica de mis enseñanzas.
33 Si en la Tierra decís que Yo con mi Doctrina, con mi Ley, os he traído religiones, Yo os digo: Ante Mí sólo existe un culto que es el del amor, el amor al Padre, a los semejantes o hermanos, y a todo cuanto ha brotado del Creador.