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De Enseñanza 263

2 Benditos seáis los que soñáis con un paraíso de paz y armonía.

3 Bienaventurados aquéllos que han despreciado y visto con indiferencia las trivialidades de lo superfluo, las vanidades y pasiones que ningún bien le dan al hombre y menos al espíritu.

4 Benditos los que han apartado las prácticas fanáticas que a nada conducen y han alejado antiguas y erróneas creencias, para abrazar la verdad absoluta, desnuda y limpia.

5 Yo bendigo a quienes van renunciando a lo exterior para penetrar en la meditación, en el amor y en la paz interior, porque van comprendiendo que la paz no la da el mundo, que la podéis encontrar dentro de vosotros mismos.

6 Benditos vosotros a quienes la verdad no atemoriza ni os habéis escandalizado ante ella, porque de cierto os digo que la luz caerá como cascada sobre vuestro espíritu para mitigar por siempre vuestra sed de luz.

7 Extiendo mi manto de paz sobre vosotros que reunidos en uno u otro lugar, os transportáis en espíritu en busca del Divino Maestro. Cuando lleguéis a Mí, orad, orad mis discípulos, porque aunque no habéis visto cumplirse todo lo que os he profetizado, lo tendréis que contemplar.

8 Continuad orando para que se aparte el peso de la ignorancia del hombre y también la vanidad de aquéllos que se dicen sabios, porque han acumulado los conocimientos de otros hombres, ignorando que el verdadero sabio no es aquel que se desvela tratando de descubrir la mejor forma de destruir, de dominar, de aniquilar, sino aquél que se eleva para poder crear, para armonizar la vida de los seres, inspirándose en el amor al Dios de todo lo creado y en el amor a todas las criaturas.

9 Yo os digo, discípulos, que no busquéis la verdad en la mentira, que busquéis la verdad en el espíritu humilde, en el corazón elevado por el amor a sus semejantes, en la sencillez y en la pureza de la vida.

10 En la sabiduría está el bálsamo y el consuelo que anhela vuestro corazón; por eso os prometí en aquel tiempo al Espíritu de Verdad como Espíritu de Consolación.

11 Pero es indispensable tener fe para no detenerse en el camino ni sentir temor ante las pruebas.

12 La fe es como un faro que ilumina vuestra ruta hasta llegar al puerto seguro de la eternidad.

13 No puede ser fe la de aquellos espíritus tibios y medrosos que hoy avanzan un paso y mañana vuelven atrás, que no quieren luchar con su propio dolor, confiando en el triunfo del espíritu únicamente por la caridad del Padre.

14 Fe es aquélla que siente el espíritu que, sabiendo que Dios está en él, ama a su Señor y goza sintiéndolo en sí y amando a sus hermanos y es tanta la fe en la justicia del Padre que no espera a que sus semejantes le amen, que perdona ofensas y errores, pero que mañana estará lleno de luz, porque con sus méritos alcanzó su purificación.

15 El que tiene fe tiene paz, posee amor que encierra bondad.

16 Ése es rico en espíritu y aun en materia, pero con la verdadera riqueza, no con aquélla que vosotros concebís.

17 Los hombres huyen angustiados de la miseria, y en su horror vuelven a caer en sus abismos y estrecheces, no piensan en medios para salvarse de esas garras.

Pero el que huye de la miseria del mundo es un egoísta que arrolla, hunde, destroza y pierde a cuantos se cruzan en su camino. Sólo piensa en sí mismo, tiene por único ideal y fin su seguridad y su conservación. Los demás no son sus hermanos, son todos extraños para él. No tiene fe, no conoce esa luz, no confía en la verdad porque no ha querido conocerla.

18 Mas ¿qué habéis hecho, Humanidad, de aquellos hombres que os he enviado para que os recuerden mi camino, el camino de la fe, que es el de la sabiduría, del amor y la paz?

19 Nada quisisteis saber de sus mensajes, combatiéndoles con la fe hipócrita que tenéis por vuestras teorías y religiones.

20 No quisieron vuestros ojos contemplar la luz que como mensaje de amor os trajeron cada uno de mis enviados, así les llaméis profetas, videntes, iluminados, doctores, filósofos, científicos o pastores.

21 Esos hombres han brillado y no habéis querido ver su luz, han sido delante de vosotros y no habéis querido seguir sus pasos, os dejaron el ejemplo del camino del sacrificio, del dolor, de la caridad y tuvisteis miedo de imitarles, sin saber que el dolor de los que me siguen es alegría del espíritu, es camino de flores y horizonte lleno de promesas.

22 Ellos no vinieron a aspirar el aroma de las flores de la Tierra, ni a embriagarse en los placeres fugaces del mundo, porque la aspiración de su espíritu ya no era hacia lo impuro, sino hacia lo elevado.

23 Sufrieron, pero no buscaron ser consolados, porque sabían que habían venido para consolar. No esperaban nada del mundo, porque estaban esperando para después de la lucha la alegría de contemplar la resurrección a la fe y a la vida de los espíritus, de todos aquéllos que habían muerto a la verdad.

24 ¿Quiénes son estos seres de los que os hablo? Os digo que se trata de todos aquéllos que os han traído mensajes de luz, de amor, de esperanza, de salud, de fe, de salvación. No importa el nombre que hayan tenido, ni el camino por donde les hayáis visto aparecer, ni el título que en la Tierra hayan ostentado.

25 Como ellos podéis ser también vosotros, imitando los grandes ejemplos que a través de mis enviados os doy a cada paso. Mas no toméis como pretexto la incomprensión de la humanidad hacia vuestras obras.

No digáis que aquéllos que os trajeron mensajes de amor sólo sembraron y nunca han recogido. No, pueblo, la cosecha del espíritu no se levanta pronto, si tenéis en cuenta que la carne es tierra estéril a la que hay que fertilizar continuamente con amor hasta hacerla fructificar.

26 ¿Qué queréis que os diga de vuestros sabios de ahora, de los que provocan a la Naturaleza y desafían a las fuerzas y a los elementos, haciendo aparecer lo bueno como si fuese malo? Gran dolor tendrán por cortar y comer un fruto verde del árbol de la ciencia, un fruto que sólo con amor podría haber madurado.

27 ¡Sólo mi amor puede salvaros! Ved que en los hombres no queda ni resto de amor. Orad, pero con verdadera fe en el poder de la oración, con una fe tan grande que supere a la fuerza de las armas con que vuestros hermanos combaten en la vida y destruyen la paz de sus semejantes.

28 Vosotros, que habéis apartado de vuestros ojos aquellas formas e imágenes que empleabais antaño para orar, podéis practicar la verdadera oración, porque ya no limitáis a Dios en un anciano, ni dejáis que la imaginación dé forma humana a lo que no tiene forma, porque es divino.

29 Cuando vuestra materia se quede en la Tierra y vuestro espíritu se eleve a las moradas celestiales, cuando paséis por aquello que llamáis muerte y os levantéis en la eternidad, comprenderéis cuántas falsas imágenes ha formado vuestra mente, y entonces sentiréis cómo se aparta de vuestro espíritu la mentira, como si fuese una venda que se desprende de los ojos dejándoles contemplar la luz de la verdad.

30 Cuántos también esperan llegar a la altura de los Cielos para conocer a María, a la que siempre imaginan en la forma humana de la mujer que fue en el mundo, madre de Jesús el Cristo en cuanto hombre, y que representan como reina en un trono, hermosa y potente; mas Yo os digo que no sigáis dando forma en vuestra mente a lo divino.

María, vuestra Madre espiritual existe, pero no tiene forma de mujer ni ninguna otra forma. Ella es la santa y dulce ternura cuya caridad se extiende en lo infinito. Ella reina en los espíritus y su reinado es el de la humildad, de la caridad y la pureza, pero no tiene trono, según lo imaginan los hombres. Es hermosa, pero con una hermosura que no podéis expresar ni imaginar con el rostro más bello. Su hermosura es celestial, y lo celestial nunca lo alcanzaréis a comprender.

31 Yo os digo que si queréis acercaros un poco a la verdad y comenzar a arrobaros en su contemplación, persistid en alejar de vuestros ojos y de vuestra mente cuantas formas habíais creado tratando de darle forma a lo divino.

32 Cuando vayáis comprendiendo que el Divino Maestro tiene mucho qué enseñar y corregir, dejaréis que mi verdad penetre en vuestra mente, y entonces miraréis cómo un nuevo horizonte aparece ante vuestro espíritu, ofreciéndoos campos, valles, caminos y montañas por donde viajar para aprender, para conocer y elevaros espiritualmente.

33 Mi luz está en toda conciencia; ya estáis en el tiempo en que mi Espíritu ha de derramarse sobre los hombres, por lo cual os digo que pronto sentiréis todos mi presencia, lo mismo los sabios que los ignorantes, igual los grandes que los pequeños, los poderosos que los pobres.

34 Unos y otros se estremecerán ante la verdad del Dios viviente y verdadero.

35 Aquí tenéis una nueva lección, discípulos, para que meditéis profundamente sobre ella; comprended que no he venido tan sólo por haceros oír palabras que deleiten vuestros oídos o acaricien vuestro corazón. Comprended que la finalidad del Maestro es la de apartaros de la obscuridad para mostraros la luz de la verdad.

36 Yo soy la luz, la paz y la felicidad eternas, y como vosotros sois mis hijos, quiero y debo haceros partícipes de mi gloria, y para eso os enseño la Ley como el camino que conduce al espíritu a las alturas de aquel Reino.

37 Las oportunidades para cumplir y hacer méritos están en cada día, en cada hora; no dejéis que pasen, no dejéis que partan, porque después no las podréis alcanzar. Preparaos para un buen día y os digo que al anochecer vuestro sueño será tranquilo y apacible. Vivid una vida virtuosa y vuestro desarrollo espiritual será eterno.

41 Muchas veces en vuestra miseria o en vuestras privaciones os preguntáis por qué vuestro Padre no os da todo lo que deseáis, siendo que en vuestro concepto sólo queréis gracias para vuestro bien.

Yo os digo que si os diese cuanto deseáis y os permitiese todo el gozo que en la Tierra anheláis, os pesaría más tarde porque os convenceríais de vuestro estancamiento.

Sí, discípulos, al tenerlo todo, lo derrocharíais, no lo cuidaríais, puesto que no os había costado esfuerzo ni trabajo obtenerlo. Por el contrario, cuando esto que ahora pedís sin merecerlo, lo obtengáis por medio de méritos, veréis con cuánto amor lo vais a conservar.

42 ¿Hasta cuándo será entendida mi palabra? ¿Hasta cuándo dejaréis que florezca en vuestro corazón y fructifique en vuestro espíritu? Pensad en Mí, como Yo pienso en vosotros. ¿Quién se siente solo en el mundo? ¿Quién se dice huérfano? Si os preparáis, no volveréis a decir que estáis solos, porque doquiera sentiréis mi compañía.

Buscad la luz de mi camino y nada tendréis que temer; no os fiéis de la luz de la ciencia o de los conocimientos humanos, porque la luz de la mente es muy poca para conducir a un espíritu a la presencia de Dios.

43 En verdad os digo que lo que puede elevaros es el amor, porque en él existe sabiduría, sentimiento y elevación.

El amor es el compendio de todos los atributos de la Divinidad y Dios ha encendido esa llama en toda criatura espiritual.