De Enseñanza 269 10 El libro que estaba sellado en los Cielos, se ha abierto en el sexto capítulo; es el Libro de los Siete Sellos que encierra sabiduría y justicia y que fue desatado por mi amor a vosotros para revelaros sus profundas lecciones. 11 El hombre ha vivido cinco etapas en la Tierra, alentado por el soplo divino del espíritu, a pesar de lo cual no ha comprendido el sentido espiritual de la vida, la finalidad de su existencia, su destino y su esencia; todo era un arcano impenetrable tanto para su mente como para su espíritu, un libro sellado, cuyo contenido no llegaba a interpretar. Vagamente presentía la vida espiritual, pero sin conocer verdaderamente la escala de elevación que acerca a los seres a Dios; ignoraba su misión más alta en la Tierra y las virtudes y dones que forman parte de su espíritu, para poder vencer en las luchas, elevarse sobre las miserias humanas y perfeccionarse espiritualmente para habitar en la luz eterna. 12 Era necesario que el libro divino se abriese y los hombres contemplaran su contenido, para poder salvarse de las tinieblas de la ignorancia que son el origen de todos los males que existen en el mundo. ¿Quién podía abrir ese libro? ¿Por ventura el teólogo, el científico o el filósofo? No, nadie; ni siquiera los espíritus justos os podían revelar su contenido, porque lo que el libro guardaba, era la sabiduría de Dios. 13 Sólo Cristo, el Verbo, sólo Él, el amor divino, podía hacerlo; pero, aún así, era necesario esperar a que los hombres estuviesen en condiciones de recibir la divina revelación sin que quedaran ciegos con el esplendor de mi presencia espiritual. Tuvo la Humanidad que vivir cinco etapas de pruebas, de lecciones, de experiencia y evolución para alcanzar el justo desarrollo que le permitiera conocer los misterios que el Arcano de Dios guardaba para los hombres. 14 La Ley de Dios, su divina palabra dada a través de Jesús y todos los mensajes de profetas, enviados y emisarios, fueron la semilla que mantuvo la fe de la Humanidad en una promesa divina que anunció siempre luz, salvación y justicia para todos los hombres. 15 Éste es el tiempo esperado para la gran revelación, aquella por medio de la cual comprendáis todo cuanto os he manifestado a través de los tiempos y sepáis quién es vuestro Padre, quiénes sois vosotros y cuál es la razón de vuestra existencia. 16 Éste es el tiempo en que, por la evolución espiritual que habéis alcanzado, las pruebas que habéis tenido y la experiencia que habéis recogido, podáis recibir de mi Espíritu hacia el vuestro la luz de la sabiduría, reservada en mis arcanos en espera de vuestra preparación. Mas habiendo llegado la Humanidad al grado necesario de evolución para recibir mi mensaje, le he enviado el primer rayo de luz, que es éste que ha hecho hablar en éxtasis a los hombres rudos y sencillos que sirven de portavoces a mi inspiración. 17 Este rayo de luz ha sido de preparación tan sólo; es como la luz de la alborada cuando anuncia ya el nuevo día. Más tarde os llegará mi luz de lleno, alumbrando vuestra existencia y alejando hasta la última sombra de ignorancia, de pecado y de miseria. 18 Éste tiempo, cuya aurora admiráis en el infinito, es la sexta etapa que se inicia en la vida espiritual de la Humanidad, era de luz, de revelaciones, de cumplimiento de antiguas profecías y olvidadas promesas. Es el Sexto Sello que al desatarse desborda su contenido de sabiduría en vuestro espíritu, en un mensaje lleno de justicia, de esclarecimiento y de revelaciones. 19 Para vosotros es la sexta etapa, es el Tercer Tiempo en que os he hablado más de cerca, como en aquel Primer Tiempo en que materialicé en múltiples formas mi presencia y mi palabra, como aquel Segundo Tiempo en que humanicé mi Verbo para hablaros al corazón. 20 Hoy me hago oír nuevamente, pero ya no es a los sentidos a quienes me manifiesto, ni siquiera es a vuestro corazón a quien le hablo; es vuestro espíritu con el que vengo a comunicarme para enseñarle el camino de la elevación que conduce al Reino de la luz, al Reino eterno y venturoso del Espíritu. 21 ¿Qué guarda en su seno el Sexto Sello desatado del libro de Dios, donde están escritos vuestros nombres y vuestros destinos? Encierra enseñanzas, pruebas muy grandes, revelaciones de sabiduría. 22 ¿Cuál es la misión de mis siervos dentro de esta etapa? Orar, meditar, regenerarse, sembrar unión, paz y luz espiritual, desarrollar vuestras facultades y potencias, luchar por vuestra elevación, destruyendo la ignorancia, el vicio, el fanatismo: en una palabra, el mal que en tantas formas se manifiesta entre la Humanidad. Cuando los hombres hayan dejado de odiarse, de matarse y de traicionarse, cuando el perdón y la caridad se hayan extendido de corazón en corazón, de pueblo en pueblo, y la sangre y las lágrimas ya no corran, entonces se hará el gran silencio que significa la comunicación de espíritu a Espíritu; entonces Yo habré desatado el último sello, el Séptimo, en cuya etapa los hombres se amarán como os enseñé cuando vine a la Tierra.