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De Enseñanza 286

1 Mi luz divina vibra en todas partes; doquiera que me busquéis allí encontraréis mi presencia.

2 Soy el Padre que trabaja para que llegue a reinar la armonía entre todos sus hijos, tanto entre los que habitan la Tierra como los que moran en otros mundos.

3 La armonía espiritual entre todos los seres les revelará grandes conocimientos, les proporcionará la comunicación de espíritu a espíritu que acortará distancias, acercará a los ausentes y borrará fronteras y límites.

4 Quiero que alcancéis la paz, que es el mayor galardón a que podéis aspirar en la Tierra.

5 Discípulos: No vayáis a desviaros del camino trazado ni a alterar en forma alguna mis enseñanzas, porque entonces no podréis lograr esa armonía espiritual ni descubrir todo lo que reservo a vuestra elevación.

6 Haceos dignos de las revelaciones de mi Arcano, haciendo méritos con obras de amor, de caridad, de nobleza.

7 Sea el espíritu el que guíe a la mente y no la mente, tan sólo guiada por un corazón ambicioso de grandeza humana, la que gobierne vuestra vida. Pensad que si queréis guiaros por lo que ordene vuestro cerebro, lo agotaréis y no podréis ir más allá de donde sus escasas fuerzas se lo permitan.

Yo os digo que si anheláis saber por qué os habéis sentido inspirados a hacer el bien y vuestro corazón se inflama de caridad, dejéis que vuestro corazón y vuestro entendimiento sean guiados por el espíritu y entonces quedaréis maravillados ante el poder de vuestro Padre.

8 Si los hombres, en vez de escudriñar con tanto afán y con tan poco respeto, me interrogasen con amor y humildad, con cuánta sencillez y facilidad recibirían la respuesta de su Padre al revelarles los conocimientos que le solicitan.

9 Cuando me interroguéis o me pidáis, no os esforcéis en tratar de explicarme con claridad las frases mejor construidas; a Mí me basta que vuestro espíritu se desprenda del mundo en ese instante y que deje limpios al corazón y al entendimiento, para que ellos puedan recibir mi inspiración. ¿De qué os servirá decirme muy bellas palabras si no sois capaces de sentir mi presencia en vuestro interior?

10 Yo todo lo sé y no tenéis que explicarme nada, para que Yo os pueda comprender.

11 Me preguntáis en qué consiste la oración y Yo os digo: En permitir que vuestro espíritu se eleve libremente hacia el Padre, en entregaros con plena confianza y fe en aquel acto, en recibir en el corazón y en la mente las sensaciones recogidas por el espíritu, en aceptar con verdadera humildad la voluntad del Padre. El que ora de esta manera goza de mi presencia en cualquier instante de su vida y jamás se siente menesteroso.

12 Mucho me he aproximado a los hombres a través de los tiempos, mas ya es hora de que los hombres me busquen y se acerquen a Mí. Pueden hacerlo, porque su evolución espiritual les ha puesto en condiciones de alcanzar la verdadera comunicación con su Padre.

13 Tiempo de resurrección es este Tercer Tiempo; los espíritus semejaban muertos y los cuerpos sus sepulcros, pero ha llegado ante ellos el Maestro, cuya palabra de vida les habló diciendo: Salid y elevaos hacia la luz, hacia la libertad.

Aquél que al abrir sus ojos a la verdad sepa elevar su vida, sus obras y sus sentimientos en amor hacia sus hermanos, dejará de mirar a este mundo como un destierro o valle de lágrimas y de expiación, porque comenzará a sentir el deleite de la paz verdadera que da la serenidad.

Ese estado de elevación en esta vida será un reflejo de la paz y de la luz perfectas que el espíritu irá a gozar en mejores moradas, donde Yo mismo le recibiré para brindarle un hospedaje digno de sus méritos.

18 Cristo es la manifestación de lo perfecto; en Él podéis mirar la Ley eterna, podéis encontrar el amor infinito y admirar la sabiduría absoluta.

19 Jesús vino a explicar con su vida la Ley que Israel recibió de Moisés y os anunció que después vendría el Consolador a esclarecer y a explicar todo lo que Jesús enseñó y que no fue debidamente interpretado.

20 Cristo abarca todas las eras, su presencia está en todos los tiempos, porque es el Verbo Eterno.

24 Estáis contemplando el amanecer del Tercer Tiempo, en que la claridad espiritual brilla intensamente, transformando vuestra vida.

25 El principio de este nuevo tiempo se significará por sus grandes luchas, por sus intensos sufrimientos, por sus confusiones y sus pugnas, pero todo esto sólo será en el principio; más tarde se hará la paz, y como consecuencia de la paz vendrá el desarrollo del espíritu, quien manifestará su adelanto en sus obras rebosantes de fe, de amor, de espiritualidad.

27 Sosegad al corazón y despejad el entendimiento, para que comprendáis lo que voy a deciros, pequeños párvulos de la vida: Cuando volváis a sentir que el dolor penetra en vuestro corazón, aislaos unos momentos de cuanto os rodea y quedaos a solas. Ahí, en la intimidad de vuestra alcoba, conversad con vuestro espíritu, tomad vuestro dolor y escudriñadlo como cuando tomáis en la mano algún objeto para estudiarlo.

Así examinad vuestra pena, ved de dónde proviene y por qué ha llegado; escuchad la voz de vuestra conciencia y en verdad os digo que de aquella meditación extraeréis un tesoro de luz y de paz para vuestro corazón.

28 La luz os dirá la forma de alejar el dolor y la paz os dará la fortaleza para esperar a que la prueba pase.

29 Ya veréis cómo al volver vuestro pensamiento hacia Mí para orar, me diréis: -Maestro, perdóname, la injusticia no existe en mi destino, yo soy el injusto conmigo mismo.

30 Ésta es una enseñanza que debéis tener siempre presente, discípulos, reconociendo que ésa es la forma en que podéis elevar la razón a la altura de la conciencia, porque sólo la conciencia es la que conoce la realidad del espíritu y la realidad humana.

31 Os estoy enseñando a estudiaros para conoceros, a encontrar en la esencia de vuestro ser, por medio de la meditación y de la oración, las grandes lecciones de la vida.

32 Hoy muchos maldicen el dolor, pero mañana lo bendecirán como a un maestro que les enseñó elevadas y bellas lecciones.

33 Yo quisiera que siempre fuera el amor del Maestro el que os enseñara el camino y la finalidad de la vida; pero vosotros habéis preferido que sea el dolor el que os enseñe. Ya pasaréis de ese amargo maestro a recibir las lecciones del que os enseña con dulzura.

34 Si de momento no podéis deshaceros de vuestro dolor, llevadle con paciencia, no desperdiciéis sus enseñanzas, amadlo, porque él ha venido a purificar vuestras manchas y a haceros grandes en la fe, en la virtud y en la paciencia.

35 Si creéis en mi palabra, debéis creer en la lección en que os dije: La hoja del árbol no se mueve sin la voluntad de Dios. Entonces podréis también creer que la sabiduría de Dios todo lo ha dispuesto bien y que no puede haber sufrimiento que no deje en el hombre una sabia lección.

40 Aprended a bendecir vuestro dolor lo mismo que si se tratase de vuestras alegrías. Bendecidlo todo.

41 ¿No bendigo Yo a la Humanidad entera, sin distinguir a nadie? Ahí, bajo aquel manto de bendición quedan envueltos lo mismo los buenos y mansos, que los soberbios y los criminales. ¿Por qué no me imitáis? ¿Acaso sentís repugnancia por los actos de los demás? No olvidéis que vosotros formáis parte de la Humanidad, que debéis amarla y perdonarla, mas no rechazarla, porque sería tanto como si sintieseis asco por vosotros mismos.

Todo lo que veis en vuestros semejantes, lo tenéis vosotros en mayor o en menor grado. Por eso quiero que aprendáis a analizar vuestro interior, para que conozcáis vuestra faz espiritual y moral. Así sabréis juzgaros vosotros mismos y tendréis derecho a fijaros en los demás.

42 No salgáis a buscar defectos en vuestros hermanos: con los que vosotros tenéis es bastante.

43 No os ofendáis si os hablo así, comprended que mis cátedras no son para justos ni para santos, a ellos les hablaría en forma muy distinta. Yo vengo a daros mi Doctrina redentora para salvar pecadores y la doy a través de labios de pecadores.

44 Vengo a salvaros, Humanidad, porque hasta el aire que respiráis está enfermo; pero digo a esta tierra que ha sido morada y albergue para mis hijos, que si ellos la han profanado con sus faltas, ellos purificarán hasta el último pecado.

45 Ved cómo necesita la humanidad de una gran enseñanza para poder triunfar de todas las pruebas que le afligen. Este es el gran tiempo anunciado por profetas y contemplado por videntes, en el cual el dolor de los hombres llegaría al máximo, y en el que la misericordia del Padre desbordaría su luz sobre los hombres, el tiempo que marca el final de la maldad y el principio del reinado del bien sobre la Tierra.