2 El desarrollo de esta Obra no es un instante, está dentro de la eternidad; por tanto, cada quien comprenda la parte que le corresponde hacer en esta campiña espiritual y luego encomiende y confíe su labor a los que detrás de vosotros lleguen para secundaros, continuando el cultivo que vosotros iniciasteis.
Después de éstos, vendrán otros y posteriormente otros más; así es que no sabéis a quiénes corresponda recoger la cosecha de fe, de conversión a la espiritualidad.
3 Aquéllos que vean la fructificación, sabrán que el mérito no fue sólo de los últimos, sino que fue una labor en la que los méritos, esfuerzos y sacrificios de los primeros, los segundos y los terceros, se enlazaron para llevar al triunfo una obra espiritual encomendada a todos por el Maestro.
4 Sabed que una sola generación no es capaz de llevar a cabo toda la obra, y sabed también que no es éste el tiempo de la cosecha.
5 ¿Cómo podríais hacer comprender mi palabra si no la ponéis en práctica? Si tanto tiempo os ha llevado comprender mi palabra, creer en ella y adiestrar vuestra rebelde materia para el cumplimiento de una misión, ¿cómo queréis que la transformación del mundo sea instantánea?
6 Tampoco creáis que estáis trabajando solos en esta labor, porque no tenéis aún fuerza necesaria para llevar a cabo obras de tanta importancia espiritual. Es necesario que sepáis que hay seres que os van señalando el camino que debéis seguir y os van preparando la senda y los sitios adonde habréis de llevar la semilla.
Esos precursores son hermanos vuestros de otros mundos, de otras moradas desde las cuales vigilan vuestros pasos y os abren brecha, porque también ellos son labriegos de la paz, del amor, de la fraternidad.
Son espíritus de mayor pureza que la vuestra, de mayor conocimiento y experiencia; de ellos nada malo podéis temer. Son los que no os dejan estacionar, los que ponen inquietud en vuestro corazón cuando abandonáis la siembra.
7 No estáis solos, ni seréis abandonados nunca a vuestras propias fuerzas.
8 Confiad en esta Obra, mirad su grandeza; ved que no es obra salida de la mente del hombre, que no es una idea nueva de esta Humanidad, sino una luz eterna que siempre ha estado iluminando el sendero del espíritu del hombre, y en cuya verdad habrá de consumirse toda imperfección, toda impureza y pecado.
9 De mi verdad he hecho una doctrina impregnada de amor, de justicia y sabiduría, a través de la cual os probaré su fuerza, convirtiendo y transformando a los que por momentos se desviaron del sendero recto.
10 ¿Cómo condenar al hombre al exterminio o al dolor eterno, cuando su pecado sólo es pasajero y es producto de su ignorancia? ¿Cómo condenar a un ser que en sí lleva mi propia naturaleza divina?
11 Si por momentos o por tiempos ha tenido inclinación por la materia y propensión al mal, llegado el instante de claridad, en que deje llegar mi gracia a su corazón, éste responderá manifestando que Dios está en todo espíritu.
12 Ésa es la naturaleza que el hombre debe buscar en sí mismo, la esencia que ha perdido y que muchas veces ha buscado en vano. Para esto he venido a revelaros todas las facultades que tenéis para hallaros a vosotros mismos, a enseñaros a encontrar vuestro espíritu, a conoceros verdaderamente, sin deteneros ante la contemplación de lo exterior, de la forma material.
15 No tratéis de limitar esta Obra que es universal e infinita, ni poner límites a vuestro desenvolvimiento espiritual, porque cuanto más os profundicéis en el camino de las buenas obras y del estudio, mayores revelaciones iréis recibiendo. La Obra divina la veréis surgir de lo más sencillo, la veréis manifestada en todo lo creado, la sentiréis latir en vuestro ser.
16 Ésta es la sencillez con que vengo a doctrinar al discípulo espiritualista, para que él también sea sencillo como su Maestro. Que sepa el discípulo persuadir y convertir con la verdad de sus palabras y la fuerza de sus obras, sin querer sorprender a nadie con poderes misteriosos o facultades extraordinarias.
17 El discípulo verdadero será grande por su sencillez. Comprenderá a su Maestro y a la vez se hará comprender por sus hermanos.
18 La vida es un mar anchuroso donde viaja cada quien en su barquilla y, mientras buscan el medio para guiarle a un puerto seguro, otros, faltos de ideal o de experiencia, zozobran.
19 Os he traído nuevamente mi Doctrina; quiero que penséis que en ella existe el puerto salvador. ¿Cómo había de traeros enseñanzas imprecisas, palabras indefinidas o revelaciones de fondo limitado? Si así fuese, os pondría en riesgo de caer en un nuevo fanatismo, cuando estáis viviendo un tiempo en el cual la conciencia no os deja en paz, sobre todo cuando tratáis de cubrir con apariencias el verdadero cumplimiento de la Ley de caridad y amor que os he enseñado.
23 Ved siempre primero la viga que carguéis, discípulos, para tener derecho a fijaros en la paja que en su ojo lleva vuestro hermano.
24 Con esto quiero deciros que no tomaréis mi Doctrina para juzgar los actos de vuestros hermanos dentro de sus diversas religiones. De cierto os digo, que en todos esos senderos existen corazones que de verdad me buscan a través de una vida noble y sembrada de sacrificios.
Sin embargo, el discípulo suele preguntarme por qué permito esa diversidad de ideas, que a veces se contradicen y establecen diferencias y originan odios entre los hombres, y el Maestro os dice: Han sido permitidos, en virtud de que no hay dos espíritus que tengan exactamente la misma comprensión, la misma luz o la misma fe; y como además se os dio libre albedrío para elegir el camino, nunca habéis sido forzados a penetrar al sendero de la Ley, sino que se os ha invitado, dejándoos en libertad de hacer verdaderos méritos en busca de la verdad.
25 Así vosotros, amados discípulos, sabed que vuestra misión es la de unificaros, la de armonizar, la de extender vuestro brazo y participar de vuestras facultades y dones a todo aquél que pudiese necesitar de vosotros, de vuestro bálsamo, de vuestra palabra o de vuestra ayuda.
26 De cierto os digo que si el orgullo germina en vuestro corazón, no seréis espiritualistas. El espíritu iluminado no puede satisfacerse con esas pequeñas vanidades que sólo halagan al corazón egoísta.
36 Mi Doctrina no estaciona al espíritu, mi Doctrina no detiene tampoco la evolución del hombre; por lo contrario, lo liberta de temores y de prejuicios y le hace contemplar el camino de luz que le espera.
37 Observad a esta Humanidad que parece haber llegado a lo más alto de su ciencia y de sus investigaciones, y en realidad sólo está en el principio de la ciencia que va a alcanzar mañana, cuando a su anhelo de saber agregue el ideal de fraternidad.
38 Hoy viven los hombres una época de turbación, porque no han llegado a comprender que toda su vida y sus luchas deben conducirles al desarrollo del espíritu, cuya meta será la comunicación de su espíritu con el del Creador.
39 Es el materialismo el culto que hoy profesa la mayoría de los hombres.
40 Mientras las doctrinas y las religiones persistan en sus diferencias, el mundo seguirá fomentando su odio y no podrá dar el paso decisivo hacia el verdadero culto. Pero, ¿cuándo van a comprenderse y a unirse los hombres, dando así el primer paso hacia el amor de los unos a los otros, si aún hay hombres que creyendo poseer la clave o el secreto de la salvación del espíritu, desconocen a todos aquéllos que van por caminos distintos porque, a su juicio, son indignos de llegar a Dios?
41 Daos cuenta entonces del verdadero fin del espiritualismo, cuya Doctrina está por encima de toda religión, de toda idea humana y de toda secta.
42 Estudiad la esencia de este mensaje que encierra la Ley de Dios y veréis cómo es aplicable a todos los hombres, a todos los pueblos y a todas la condiciones en que podáis encontraros.
43 Ved cómo, ante la verdad de esta enseñanza, desaparecen diferencias, distancias, odios y obstáculos, porque bajo su luz todos parecéis iguales, ante su amor todos sois hermanos, delante de su justicia todos sois imperfectos.
44 Esta palabra proviene de Mí, es fuente de vida, es alfa y omega, principio y fin; por tanto, para vencer a sus tinieblas, los hombres pasando por sobre sus convencionalismos y su fanatismo religioso, deberán venir a Mí que estoy en Espíritu, no bajo las formas que cada quien ha querido darme; y al llegar a la fuente verdadera, Yo a todos recibiré apartando sus dolores, libertándolos de su pesada carga y reconciliando a los unos con los otros.
45 Pensad que si ya todos pudieseis comprender vuestro papel en medio de esta vida, la Humanidad ya se hubiera abstenido de ser egoísta; y si aisladamente cada hombre comprendiera su procedencia, su destino, todas sus obras las relacionaría con el fin para el que fue creado.
46 Ya no hay necesidad de muchas religiones en el mundo; ya estáis todos a punto de uniros en una sola fe y bajo una sola forma de culto. Sólo en la unión de pensamientos y en la afinidad espiritual podréis encontrar la luz que os lleve al progreso, a la armonía y a la paz.
47 Ya veréis cómo ninguna religión logrará la paz de los hombres y su libertad espiritual; en cambio, vais a ser testigos de cómo mi mensaje divino, llegando a unos a través de escritos y a otros a través de inspiraciones, logrará la salvación, la unificación y la espiritualidad de los hombres.
48 El espiritualismo no establece diferencias, el espiritualismo es la doctrina que necesita la Humanidad y que sin saber anhela, porque ella es la paz, es el amor, es la justicia, es la luz, de todo lo cual tienen hambre y sed los hombres.
49 ¿Creéis vosotros, que estáis escuchando estas palabras, que Yo pudiera sembrar en vuestro corazón antipatía o mala voluntad hacia vuestros hermanos que profesan diversas religiones? ¡Jamás, discípulos! Vosotros sois lo que debéis principiar a dar el ejemplo de fraternidad y armonía, viendo y amando a todos con el mismo afecto con que miráis a los que comparten vuestra manera de pensar.
50 Ese paso tendrán que darlo todas las religiones, deberán inspirarse en el anhelo de amarse unos a otros en un acto de amor hacia el Padre, a quien todas dicen adorar.
68 Llegará un tiempo en que sea tan ardiente el deseo de la Humanidad por elevar su espíritu, que pondrá todos los medios de que disponga para transformar este valle de lágrimas en un mundo donde reine la armonía, que hará lo imposible, que llegará al sacrificio y al esfuerzo sobrehumano por rechazar las guerras.
69 Esos hombres serán los que eleven a este mundo, los que aparten de la vida humana el cáliz de amargura, los que reconstruyan todo lo que las pasadas generaciones hayan destruido en su ciega ambición, en su materialidad e insensatez.
Ellos serán los que velen por el verdadero culto hacia Mí, ese culto sin fanatismo ni actos exteriores e inútiles. Buscarán que la Humanidad comprenda que la armonía entre las leyes humanas y las espirituales y su cumplimiento es el mejor culto que los hombres puedan ofrecer a Dios.
70 ¿No quisierais ser del número de ellos? ¿No quisierais que vuestros hijos fuesen de aquellos hombres de elevado espíritu? Podéis colmar ese anhelo.
En vosotros está preparar el camino de los que he confiado a vuestra educación y cuidados, para que, cuando sea llegada la hora de iniciarse la lucha decisiva del espíritu contra el dominio de la materia, ellos, conscientes de palabra, puedan unirse formando un solo cuerpo, un solo pueblo, un solo espíritu, que a su paso vaya derribando murallas y salvando obstáculos, como Israel cuando buscaba la Tierra Prometida.
71 Si no dejáis preparados debidamente a vuestros hijos, sé que vuestro espíritu desde el Más Allá llorará la suerte de los que dejó abandonados en el mundo, porque los verá sucumbir sin saber defenderse ante la invasión de calamidades y de plagas que vendrán a azotar pueblos de la Tierra.
72 ¿Imagináis la restitución y el dolor del espíritu que, en vez de recoger dulces frutos a su llegada a la morada espiritual, sólo zarzas y ortigas encuentre?
73 Es lo que debéis evitar a tiempo, ahora que tenéis a raudales la luz de una enseñanza que os entrego para salvación de todos los hombres.