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De Enseñanza 3

9 Entre Dios y sus criaturas existen lazos que nunca podrán romperse; pero si los hombres se sienten distanciados de su Padre celestial, es por su falta de espiritualidad o de fe.

10 Ni la muerte ni la falta de amor podrá destruir el lazo que os une a Mí.

11 Nadie puede huir de mi presencia; no existe morada o sitio alguno donde podáis ocultaros de Mí, porque doquiera que vayáis con vosotros y doquiera que os encontréis estáis en Mí.

12 No os conforméis con saber ésto; es necesario que me sintáis para que dejéis que me manifieste en vuestras obras.

13 Meditad: si Yo estoy en vosotros, ¿adónde me habéis llevado cuando pecáis?

14 Os hablo así, porque he de remover la ceniza que hay en vuestro corazón hasta encontrar en él una chispa de luz.

22 Gozad teniendo por Maestro al modelo perfecto. En verdad os digo que ni antes ni después de Cristo habéis tenido un ejemplo como el que Él os dió.

23 ¿Sería perfecto el Maestro, si el discípulo le superase en sabiduría? No.

24 Muy grandes llegarán a ser vuestros espíritus, pero nunca mayores que el de vuestro Señor; mientras mayor sea vuestra elevación, más alto y grande contemplaréis a vuestro Dios.

25 El soberbio siempre al final caerá abatido por sus obras, porque creyendo luchar por él, en realidad luchó contra sí mismo.

26 La soberbia es el origen de muchos males y sufrimientos entre las criaturas de Dios.

27 Desde que se levantó el primer desobediente delante de mi Ley, ¡cuánta miseria y cuántas tinieblas dejó a su paso! desde entonces existe el mal como una fuerza invisible. Yo permití que existiera esa fuerza sólo para someteros a prueba y por vosotros mismos quiero exterminarla.

28 Mas no por ello culpéis de vuestras faltas y caídas a determinado ser que personifique esa fuerza; pensad que para cada tentación existe una virtud en vuestro espíritu para combatir el mal.

93 Vuestro espíritu fue creado con atributos adecuados para seguir por la escala de perfección y llegar a la meta determinada en los altos designios del Señor. Aún no podéis comprender todas aquellas facultades que os dió el Padre, mas no temáis porque después las reconquistaréis y las veréis manifestarse en plenitud.

94 Vuestro espíritu fue creado para la lucha, para la elevación; no fue creado para la inercia, para la inmovilidad. He ahí por qué algunos espíritus han llegado a ser grandes, inspirados en el amor divino y en las bellezas creadas por Dios.

Dentro de esos espíritus, hubo los que, siendo grandes en sí pero pequeños ante lo infinito de Dios, quisieron, virtud a su libre albedrío, desafiar los designios del Padre, descendiendo por su propia voluntad a moradas y senderos creados por ellos, los cuales los apartaron del camino de perfección y de la casa del Padre; ese acto fue su primera caída, su primera desobediencia, su primer error.

95 Una sola imperfección desarmoniza con el amor divino y sus resultados sólo pueden evitarse volviendo al camino, al arrepentimiento definitivo y a la obediencia.

96 Muchos espíritus volvieron arrepentidos y rendidos, llenos de dolor pero también de esperanza, a pedirle al Padre que les purificase de aquellas faltas.

97 Unos habían descendido movidos por la ambición, otros por la curiosidad. El curioso es un intruso en el dominio ajeno, así como el desobediente es el más terrible enemigo de sí mismo; mas aquéllos que pronto volvieron al Padre en busca de perdón, fueron recibidos por el Amor perfecto. Sus vestiduras les fueron desmanchadas, sus amarguras borradas y su luz volvió a brillar.

98 Mas no todos regresaron mansos y arrepentidos de su primera desobediencia, de su primer acto de soberbia. No, muchos llegaron llenos de soberbia o de rencor. Otros, avergonzados y conociendo su culpabilidad, quisieron justificar sus faltas ante Mí, y lejos de purificarse con el arrepentimiento y la enmienda, continuaron creando, ayudados por sus atributos, una vida alejada de las leyes de amor de su Padre.

99 Así esos seres cayeron en nuevos y desconocidos estados de vida; al darse cuenta de que estaban dotados de grandes dones, de que tenían inteligencia y fuerza para crear por sí mismos, y creyendo ascender a cada paso, fueron cayendo lentamente hacia el abismo. Ahí crearon una vida artificial y permitieron que se desarrollara la violencia, el egoísmo, la necedad, lo absurdo y la ceguera espiritual.

100 Y en cada paso que los alejaba más y más del sendero de justicia, mi voz les llamaba diciéndole: -Deteneos, volved a Mí-. En la conciencia vibraba mi voz, exhortándoles a detenerse.

101 Fuisteis libres y grandes pero después os hicisteis misioneros de vuestras pasiones, degenerando espiritual y moralmente.

102 Hoy vivís dentro de una vida material donde la violencia, el rechazo de los unos hacia los otros y la desarmonía prevalecen, mientras que en el seno de Dios todo es perfección y armonía.

103 Yo lloré vuestra partida desde el instante en que dejasteis la morada espiritual para ir a la Tierra. Desde entonces han sido mis lágrimas y mi sangre las que os han perdonado vuestros pecados, y mi voz dulce y serena no ha dejado de aconsejaros en vuestra jornada.

104 Mi sombra os ha seguido por todos los caminos. Yo soy quien en verdad os ha extrañado, vosotros no, porque cuando partisteis os sentíais fuertes y creíais que ya no necesitabais de mi apoyo.

105 Vuestro camino fue el libre albedrío, vuestros sentidos se dilataron para aspirar y palpar cuanto os rodeaba y fue necesario que cayeseis muy abajo para que volvierais vuestros ojos nuevamente hacia Mí.

106 Hasta entonces recordasteis que teníais un Padre a cuya mesa os sentabais. Entonces clamasteis a vuestro Señor, mas antes ya os había llamado Yo y estaba reclamando en mi mesa vuestra presencia.

Os había buscado, como el padre que vio partir pequeño a su hijo llevando la inocencia en su corazón y desconociendo el camino.

107 ¿Cómo os atrevéis a culpar a Dios de vuestras propias caídas, dolor e imprudencia? ¿Acaso queréis culparme por todo aquéllo que no viene de Mí sino que ha sido creación vuestra?

108 ¿Queréis, por ventura, recoger amor cuando habéis sembrado lo contrario?

109 Os he enseñado a vivir en paz, llevando una existencia sencilla, pura y elevada y vosotros insistís en vivir una constante guerra de odios, materialismos e insanas ambiciones.

110 Pedís a Dios casi siempre sin saber lo que pedís, mas vosotros nunca dais a Dios lo que Él os pide y que es para vosotros mismos.

111 Si os habéis envanecido y extraviado tanto de las cosas divinas, ¿cómo pretendéis que Dios os dé lo que no sabéis pedir o que rija el Universo conforme a vuestras ideas erróneas? En verdad os digo que el Universo no existiría un instante si os dejara gobernarlo bajo vuestros caprichos humanos.