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De Enseñanza 337

29 Mi Doctrina os preparará de tal modo, que todo el que asimile su esencia, aprenderá a relacionarse con sus semejantes con un trato especial para cada quien: niños, jóvenes o ancianos, hombres o mujeres.

30 Al hablaros de trato especial para vuestros hermanos, quiero que comprendáis que hablo de trato espiritual, porque es necesario que lleguéis a tener muy presente cada vez que os relacionéis con vuestros semejantes, que al ir a ellos vais a comunicaros con su espíritu.

31 Entonces sabréis descubrir en el niño a un espíritu que empieza una lucha, que empieza una vida a través de un corazón limpio y de un entendimiento virgen. Vuestro corazón, al entrar en estas consideraciones sentirá ternura y caridad hacia aquellos espíritus.

32 Al encontraros ante el joven, podréis ver en su energía, en sus ilusiones y en sus ambiciones, la presencia de un espíritu en la plenitud de su lucha en la Tierra, en esa época en que el espíritu combate sin tregua contra las pasiones de la carne y los peligros que a cada paso lo acechan.

33 Para la juventud tened comprensión, sabed ayudarla y velad por ella, para que salga avante en la difícil jornada de la vida.

34 Hacia los hombres maduros y los ancianos experimentad respeto y amor. En ellos podréis descubrir al espíritu que ya traspuso la cumbre de la montaña de la vida. Lo que había de darles la Tierra, poco o mucho, ya lo recibieron, ya de ella nada esperan. Todo lo cifran en el futuro que espera a su espíritu, pero, de todos los hombres, son ellos los que más tienen que dar, porque ya recogieron la cosecha de cuanto sembraron a lo largo de la existencia.

A ellos id, de ellos tomad. Si necesitan báculo, cuidados o ayuda, no es su espíritu el que ha menester de vuestra solicitud, es su carne cansada, gastada por la lucha. Tened para con ellos atenciones, ternura y respeto, porque los necesitan y los merecen. Después de tantas amarguras y fatigas, una gota de miel es muy grata a esos corazones.

35 Así quiero que miréis vosotros a la Humanidad, pueblo amado: espiritualmente, para que a cada uno de vuestros hermanos le otorguéis el valor que tiene y le deis el lugar que merece. Si olvidáis vuestra esencia y os seguís tratando como seres materiales únicamente, os estaréis negando el verdadero valor que en cada ser humano existe y que es el espíritu.

43 Yo reservo par vosotros grandes mandatos en el futuro, según vuestra preparación. La influencia vuestra será decisiva en la marcha de este mundo. Predicaréis la igualdad, respetaréis la misión que Yo he entregado a mis hijos, porque todos poseen virtudes y derechos sagrados que os he concedido sin distinción.

44 Para que podáis llegar al triunfo, debéis unificaros, sentir caridad por la Humanidad; perdonadla, como Yo la he perdonado. Vais a contemplar sus innumerables faltas, sus enfermedades morales y espirituales, su decadencia, más vosotros sólo entregaréis luz; vuestra misión es dar, explicar mi Doctrina y mostrar buen ejemplo. Lo demás me lo dejaréis a Mí; las grandes causas que encontraréis en vuestros hermanos me las presentaréis y Yo juzgaré a aquéllos según mi voluntad.

Después de 1950, no forméis dentro de mi Doctrina teorías ni ciencias, no hagáis dogmas o ritos; tan sólo permaneced en la fe, llevad la señal en vuestro espíritu y practicad las virtudes que Yo os he enseñado.

Acumulad fuerzas para la lucha, porque la Humanidad os espera. Los unos iréis más allá de las fronteras de vuestra nación; los otros a cercanas comarcas; otros más retornaréis ahí donde visteis la luz primera en este mundo. Yo os diseminaré, mas orad y preparaos para que conozcáis mi voluntad y sepáis acatarla.

47 Seréis juzgados y escudriñados, más cuando contemplen en vosotros el ideal de servir, se inclinarán ante vosotros y os amarán, quedarán sorprendidos ante vuestra transformación y vuestra espiritualidad y os imitarán. De la enseñanza que vosotros entreguéis, Yo seré testigo en el Más Allá.