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De Enseñanza 340

43 Si aprendieseis a meditar unos instantes cada día y que vuestra meditación fuese sobre la vida espiritual, descubriríais infinidad de explicaciones y recibiríais revelaciones que por ningún otro medio podríais obtener.

44 Vuestro espíritu tiene la luz suficiente para interrogarme, así como para recibir mi respuesta. El espíritu de la Humanidad ha alcanzado ya gran elevación.

Observad a hermanos vuestros de condición humilde quienes, a pesar de su pobreza de conocimientos materiales, sorprenden con sus profundas observaciones, así como la forma clara con que explican lo que para muchos otros es algo inexplicable. ¿Acaso ellos acuden a libros o a escuelas? No, pero han descubierto por intuición o por necesidad el don de la meditación que es parte de la oración espiritual.

En su soledad, aislados de influencias y prejuicios, han descubierto la forma de penetrar en comunión con lo eterno, con lo espiritual, con lo verdadero; y unos más, otros menos, todos los que han meditado en la verdadera esencia de la vida, han recibido luz espiritual en su entendimiento.

45 El hombre, a través de su espíritu, encontrará la verdad; todos palparán mi presencia, porque ya os había dicho desde aquel tiempo que todo ojo me vería, llegada la hora propicia.

50 Abrid todos vuestros ojos y justificad con vuestra fe que sois los hijos de la luz.

51 Todos podéis mirarme, mas para ello es indispensable que tengáis voluntad y fe.

52 Las puertas del Reino, de aquella morada espiritual a donde debéis llegar para conocerlo todo, están abiertas en espera de vuestro espíritu.

53 Sed lo más grande que podáis en esta vida, pero grandes en amor y en perdón, en caridad y en sabiduría, para que tengáis la fuerza necesaria para escalar hacia la luz cuando sea la liberación de vuestro espíritu. Así cuando suene la hora en que debáis dejar la materia, fácilmente os despojaréis de vuestra carga terrestre, y ya libres en el camino de ascensión, llegaréis sin tropiezos a la mansión de la paz.

54 Para ayudaros en vuestra evolución, nuevamente mi palabra desciende hacia los hombres para indicarles la senda salvadora. Dulcemente tomo de la mano a los hombres de buena voluntad para encaminarlos hacia la luz, mostrándoles a cada paso en el sendero las bellezas nunca antes descubiertas.

55 Al hablaros de bellezas, no me refiero a las de la Naturaleza, que para ello tenéis despiertos y desarrollados vuestros sentidos; os hablo de las bellezas de la vida espiritual, las cuales no conocéis, porque cuando no habéis sido fríos o indiferentes ante ellas, os conformáis con imágenes o formas creadas por la mente humana.

56 Yo os doy las llaves para que abráis las puertas de vuestra felicidad eterna. Esas llaves son el amor, de donde procede la caridad, el perdón, la comprensión, la humildad y la paz con que debéis transitar por la vida.