De Enseñanza 57 73 Bendigo a los que se han sacrificado por sus semejantes, a los que han renunciado a los placeres del mundo para consolar a los que sufren. Quiero que en el libro de la eternidad queden escritos vuestros ejemplos, que son los que necesitan los hombres para levantarse a seguirme. 74 Estoy entregando la luz a la Humanidad, porque su ciencia no la salvará, y ésta se encuentra en un mar embravecido; mas Yo rescataré a los náufragos para convertirlos en pescadores y les daré una barquilla para que lleven la esperanza y la salvación a los perdidos. 75 Estos serán los discípulos del Tercer Tiempo, los nuevos pescadores de hombres, quienes tendrán como guía mi enseñanza y como ejemplo y estímulo, la vida y los hechos de mis apóstoles del Segundo Tiempo. 79 Como ladrón vine a vuestro corazón en este tiempo, sorprendiendo a unos y despertando a otros, diciéndoos: He aquí a vuestro Maestro, escuchadle y purificad vuestra vida para que deis testimonio de mi llegada con vuestras obras; si así no fuera, mi palabra y mi comunicación a través del entendimiento humano será burlada y negada. Haced que vuestras obras inspiren arrepentimiento a los pecadores y que sus labios, que solamente han sabido de la blasfemia, pronuncien mi nombre con amor. 80 Pongo mi verbo en vuestros labios, para que salvéis al perdido. 81 Si los hombres hicieron de la Tierra un mundo de escoria y de maldades, por vuestro esfuerzo y méritos se transformará en un mundo de paz y de espiritualidad y tendréis mi ayuda en todo momento en esta obra. 82 ¡Ay de la Humanidad, si en su corazón no llega a surgir la misericordia y la caridad! ¡Ay de los hombres, si no llegan a tener completo conocimiento de sus malas obras! Su propia mano está desatando sobre sí la furia de los elementos y tratando de volcar sobre las naciones el cáliz del dolor y la amargura; y cuando estén recogiendo el resultado de su obra, todavía habrá quienes digan: -Es castigo de Dios. 83 Yo sólo os he dado pruebas de amor: os envié a la Tierra que era semejante a una madre fecunda, amorosa y tierna; os di el fuego de la vida, el aire, que es aliento del Creador, y el agua que es fecundidad y frescura, y todo lo habéis tomado para sembrar la destrucción y la muerte; todo ha sido profanado y lo será más todavía; vuestros ríos serán de sangre; vuestro fuego será de exterminio; el aire estará saturado del aliento de la muerte, y toda la tierra se convulsionará. En la hora de la justicia muchos me dirán: -Señor, perdón, tenía sobre mis ojos la venda de oscuridad. 84 Yo les perdonaré y les haré saber que en esta Era nadie tiene oscuridad en el espíritu. 85 Como dueño de todo lo creado tendré que reclamaros cuanto se hizo en la Tierra; entonces veréis cómo nada escapa a mi mirada penetrante y nada se borra del Libro de la Vida. 86 Dejad que el Maestro penetre en vuestro corazón, invitadme a pasar a vuestro hogar, dejadme vivir con vosotros. Estas palabras son para todos los pueblos de la Tierra; tened caridad de vuestros hermanos y de vosotros, para que destruyáis la amenaza que se cierne sobre la Humanidad; con un poco de buena voluntad lograréis alcanzar la paz, aun en los momentos más difíciles. 87 Tiempo ha que estoy llamando a vuestra puerta, reconoced mi llamado por su dulzura; no os aletarguéis y al abrir sea la mano de la muerte la que llame. Los tiempos anunciados por Jesús, por Juan su apóstol y por los profetas han llegado; mucho tardaron en llegar estos tiempos según los hombres; en cambio Yo os digo que, vistos desde la eternidad, sólo un instante ha pasado; recordad que se os dijo que los que perseverasen fieles a mi Ley de amor hasta el fin, serían salvos. Velad, orad y perseverad en el bien, para que no os perdáis en este mar desencadenado de pasiones, desesperación y muerte; mi Ley divina es con todos en la hora de justicia, mi amor os acompaña eternamente.