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De Enseñanza 85

1 Bienaventurados los que practican la oración espiritual, porque ellos sienten mi presencia; mas de cierto os digo que Yo recibo todas las oraciones, sea cual fuera la forma en que las elevéis a Mí. Atiendo a todo llamado y a toda súplica sin juzgar la forma, atendiendo tan sólo a la necesidad con que me buscáis.

2 ¿Por qué no había de oír a quienes oran de manera imperfecta, sabiendo que todos llegarán a practicar la oración verdadera? Ahora os escucho a través de las diversas formas en que me hacéis vuestras peticiones, porque lo esencial es que me busquéis. Y en verdad os digo que no existe una oración que no sea escuchada por Mí; Yo sólo recibo la intención de mis hijos.

3 Vengo a enseñaros la verdad a través de una doctrina perfecta. Tratad de practicarla, y al orar tendréis la sensación de contemplar mi luz y de escuchar mi dulce consejo.

4 Aún estáis lejos de haber alcanzado la perfección, mas id tras ella sin deteneros, soñad con lo elevado de vuestra misión y haced de la verdad vuestro ideal.

7 No desviéis vuestra vista de la meta luminosa adonde os dirigís; no os importen los tropiezos, los obstáculos o espinos del sendero; esas vicisitudes os harán desear más ardientemente la dicha de alcanzar el Reino de paz.

Me preguntáis: -Maestro, ¿es indispensable apurar el cáliz de amargura en esta vida, para poder desear y merecer las delicias que vuestra caridad nos promete en la vida espiritual?

No, mis hijos; cuando esta Humanidad en su constante evolución espiritual llegue a comprender el verdadero valor de las posesiones humanas, cuando comprenda que los goces y bienes de la Tierra son tan sólo un pálido reflejo de lo que es la felicidad en la vida espiritual, no tendrá necesidad de padecer en este planeta para alcanzar las delicias y goces espirituales, porque los hombres aprenderán a vivir sus alegrías y sus triunfos en el mundo, sin aferrarse a lo perecedero, y lucharán por conquistar con méritos espirituales la vida superior que inexorablemente les espera, la vida verdadera.

8 Humanidad: En esta Era debéis recoger el caudal de fe y de esperanza que habíais arrojado de vuestro corazón, para que con él ascendáis la montaña, cual si llevaseis encendido un faro en vuestro interior que iluminara vuestro camino.

9 El que viva de esta manera, el que camine por esa senda, será hijo del pueblo de Dios, no importa el lugar de la Tierra en que habite, la sangre que lleve o el idioma que hable. Ese será mi discípulo porque estará dando testimonio de mi verdad.

10 Ya no debéis creer que el pueblo de Dios es el pueblo judío. Hice que aquella raza se dispersara por todo el mundo, porque en verdad Israel no es una raza, es un pueblo espiritual al que estáis llamados todos a pertenecer.

11 Si mi pueblo de Israel fuera de este mundo, ¿creéis que Yo hubiese permitido su expulsión de la Judea, dejando que sus tribus se perdieran entre las naciones? ¿Creéis que si ésa fuera la verdad, habría Yo permitido que el templo de Salomón fuese destruido y profanado y la ciudad de Jerusalén arrasada e incendiada hasta no quedar de ella piedra sobre piedra?

12 Meditad en todo esto, para que comprendáis que el Reino espiritual no puede tener sus cimientos en este mundo. Por eso os dije a través de Jesús: Mi reino no es de este mundo.

13 Los hijos del pueblo de Dios, los hijos verdaderos de Israel, son los que aman la verdad, los que cumplen la Ley, los que aman a Dios en sus hermanos.

14 Analizad mi palabra, escudriñadla si queréis, desgranad las espigas y mirad la simiente.

16 De cierto os digo que es menester que todos conozcáis la verdad; y esa verdad es que el culto del hombre hacia Dios ha tenido una larga evolución y ha sufrido incesantes transformaciones. Dentro del culto está la oración y ella ha sufrido también transformaciones. A lo largo de vuestra evolución siempre os he hecho sentir mi presencia, mi misericordia y mi luz.

17 Cuando os postrasteis ante el ídolo para pedirle el pan de cada día, nada os dio el ídolo porque carecía de vida; mas Yo os escuché y os di el pan.

Después llegasteis a tener conocimiento de la existencia del Dios verdadero, y esa fe se robusteció con la palabra que Jesús legó a la Humanidad; sin embargo, a pesar de creer en la existencia de Dios como Espíritu, vuestra tradicional inclinación a materializar lo divino para sentirlo próximo y para poderlo ver, os llevó a forjar con vuestras manos la imagen de Dios, representándola en la forma corpórea de Jesús crucificado.

Allí, ante aquella forma hecha por manos humanas, os postrasteis a pedir y posasteis vuestros ojos en la sangrante imagen, para poder conmover vuestro corazón y sentir que me estabais adorando.

18 Ahora tenéis ante vosotros un tiempo de espiritualidad al que podéis llamar el tiempo de la oración perfecta, porque he llegado para enseñaros a comunicaros Conmigo de espíritu a Espíritu.

Quiero que comprendáis que para que surja de vuestro espíritu su propio lenguaje, el idioma hoy desconocido por los humanos, pero que Dios y los espíritus conocemos y entendemos bien, es menester que abandonéis todo culto u ofrenda material. En esta Era podéis lograrlo, porque sabéis escucharme con humildad y no como cuando llegasteis por primera vez, cuando creyéndoos cristianos, juzgasteis blasfema esta palabra.

19 Hoy comprendéis y aceptáis mis lecciones, convencidos de que hasta ahora estáis aprendiendo a ser verdaderamente cristianos, ya que estáis reconociendo la forma de aplicar aquella enseñanza a vuestra vida, y además estáis viviendo un nuevo tiempo que viene a traeros un destello de la misma luz, un mensaje de espiritualidad.

20 En aquel tiempo os enseñé la virtud más grande que es la caridad, inspiré vuestro corazón y sensibilicé vuestros sentimientos. Ahora vengo a revelaros todos los dones de que está dotado vuestro espíritu, para que los desarrolléis y los apliquéis a hacer la caridad entre vuestros semejantes.

21 El conocimiento de la vida espiritual os permitirá llevar a cabo obras semejantes a las que hizo vuestro Maestro. Recordad que os he dicho que al desarrollar vuestras facultades haréis verdaderos prodigios.

22 Todo lo que habéis escuchado quedará escrito para que sea analizado en los tiempos venideros. Os legaré un libro que contenga la esencia de todas mis enseñanzas. Este libro será formado con las páginas que bajo mi dictado han escrito mis escogidos a quienes llamo "plumas de oro".

23 Esa pluma es la de la conciencia y la verdad, aquélla que puse en la diestra de Moisés para que escribiese los libros de los primeros tiempos, la misma que deposité en las manos de Marcos, Lucas, Mateo y Juan, para que escribiesen la vida y la palabra del Divino Maestro, libro al que llamasteis Nuevo Testamento.

24 A vosotros, nuevos discípulos que habéis escuchado mi palabra en este tiempo, os digo: No tendréis que luchar para que este testamento o libro sea unido a los anteriores, porque he sido Yo quien ha unido en este libro las revelaciones y enseñanzas de los tres tiempos, extrayendo de ellas la esencia para formar una sola Doctrina, una sola luz, una sola Ley y un solo mensaje.

28 No os preocupe demasiado si mis frases no permanecen en vuestra memoria, porque el que sienta caridad por sus semejantes será dueño de un idioma inagotable, el del amor, que será comprensible para todos sus hermanos.

47 Os he manifestado que no todos me escucharán bajo esta forma, porque no es la más perfecta; mas se aproxima el día en que mi voz sea escuchada por todos los hombres a través de mi comunicación espiritual; será el tiempo que predijeron los profetas, en que todo ojo me vería y todo oído me escucharía.

71 Ved cómo la enseñanza divina no se estaciona; de tiempo en tiempo vengo a daros nuevas lecciones que explican y amplían las anteriores.

Al oírme en este tiempo, no hagáis lo que los fariseos, que se escandalizaban con las obras de amor de Jesús al sanar a los poseídos y pregonaban que aquel hombre, del quien los humildes decían que era el Hijo de Dios, era un falso profeta que venía predicando enseñanzas contrarias a la ley de Moisés. No digáis que esta Doctrina viene en contra de lo que os dejó Jesús en aquel tiempo.

72 Si queréis emitir un juicio acertado acerca de esta enseñanza, limpiad antes vuestro corazón de prejuicios, de bajas pasiones, de fanatismo, y entonces, sí ,tomad una de mis máximas, cualquiera de ellas, analizadla y veréis la luz que encierra y cuánto os ayuda a llegar a Mí.