De Enseñanza 91 28 Cristo, el Verbo de Dios, fue el que habló por boca de Jesús, el hombre limpio y puro. 29 Jesús, el hombre, nació, vivió y murió; mas por lo que toca a Cristo, Él no nació, ni creció en el mundo, ni murió, porque Él es la voz del amor, el Espíritu del amor, la palabra divina, la expresión de la sabiduría del Creador, que ha estado siempre en el Padre. 30 Cuando Cristo habló en Jesús, su voz se oía en todas partes, porque era el Verbo Eterno el que hablaba, la voz de vuestro Padre. Todo esto debéis analizarlo y meditarlo, para que siempre que penséis en Cristo, o simplemente mencionéis su nombre, lo hagáis pensando en vuestro Padre Celestial; mas nunca como si se tratase de otro Ser distinto a mi Espíritu. 32 Discípulos: Cristo es la suprema manifestación del amor divino, esa luz que es la vida en las regiones del espíritu, la luz que rasga las tinieblas y descubre la verdad ante toda mirada espiritual, la que destruye los misterios, abre la puerta y muestra el camino hacia la sabiduría, la eternidad y la perfección de los espíritus. 33 En el Segundo Tiempo, Cristo, el mismo que os está hablando en este instante, se hizo hombre y habitó en la Tierra; mas ahora lo tenéis en Espíritu, cumpliendo así una promesa hecha por Él a la Humanidad, la de venir en un nuevo tiempo a traeros el supremo consuelo y la luz de la verdad, esclareciendo y explicando todo cuanto a los hombres les había sido revelado. 34 En lo divino, mirad a un solo Espíritu que se ha mostrado ante vosotros a través de fases diferentes, pero siempre manifestando su justicia, poder y perfección. 35 Jamás intentéis encerrar dentro de los límites de vuestra humana inteligencia, las luces que sólo están reservadas al espíritu, porque entonces veríais delante de vosotros un Dios empequeñecido y despojado de perfección. 36 Bien está que me concibáis como el supremo amor, como el absoluto, como el Creador, como el Omnipotente, pero comprended que debéis buscar la inspiración espiritual para encontrar expresiones más profundas al hablar de vuestro Señor. En verdad os digo que mi poder, mi sabiduría y amor, sobrepasan todo cuanto la mente humana pueda imaginar, porque todo ello está más allá de lo que conocéis y de lo que habréis de conocer. 37 Vengo preparando el futuro de vuestros espíritus; por eso la paja está siendo quemada en el fuego de la justicia divina, no habiendo para vosotros sino dos caminos: uno, el de la espiritualidad, el otro, el de la purificación. 38 En este tiempo, el que no esté dispuesto a renovarse tendrá que conocer las mayores amarguras y ser levantado de la Tierra, perdiendo con ello una preciosa oportunidad de expiar sus faltas y reconciliarse con la Ley, con la verdad y la vida. 39 En cambio, quienes pasen de esta vida material a la mansión espiritual con la paz y la satisfacción que dan el deber cumplido, se sentirán iluminados por mi luz; y si son de los que tengan que reencarnar nuevamente, Yo les prepararé antes de retornar a la vida humana, para que resuciten a ella limpios, más espiritualizados y con mayor sabiduría.