43 Pensad, discípulos amados, cuánto tenéis que prepararos para que vuestros emisarios, llevando la luz de mis revelaciones, puedan llegar a todos aquellos lugares donde hayan surgido los hombres sorprendiendo con sus dones espirituales a sus hermanos.
44 Grande será la lucha para vosotros, porque no sólo os concretaréis a la oración, a la meditación y a los buenos deseos, sino también a las obras de caridad.
45 No será suficiente que digáis: -Tengo fe. Con ello no basta. La fe es indispensable, pero hay que desarrollar y perfeccionar los dones que tenéis para que llevéis mi palabra, no sólo con los labios sino en vuestras obras.
Para que mi Doctrina brille en los actos de vuestra vida, tenéis que consagrar parte de vuestro tiempo al estudio y al desarrollo de vuestros dones espirituales: ésa será la forma en que llevéis con paciencia las pruebas que encontréis en vuestro camino, aplicando en cada una de ellas mis enseñanzas.
49 Ese vacío que la Humanidad me presenta en su espíritu, es el que vengo a llenar con la luz de esta Doctrina, nueva en apariencia, pero en realidad eterna; esta Doctrina que hace luz en los espíritus y en los corazones, porque revela todo el contenido de aquel mandamiento que enseñé a mis apóstoles de amarse los unos a los otros.
Vengo ahora a explicaros el sentido de aquella máxima, cuyo significado no ha sido comprendido por vuestro entendimiento. Y es que la palabra de Jesús el Cristo, para muchos hombres, ha sido palabra muerta en este tiempo; mas no saben que ella está en la conciencia de toda la Humanidad y que a su tiempo habrá de surgir llena de esplendor del fondo de los mismos corazones que antes fueron para ella como un sepulcro.
50 ¿Creéis que estáis dando cumplimiento a mi precepto de amaros los unos a los otros, encerrando con egoísmo vuestro amor en vuestra familia? ¿Creen las religiones estar cumpliendo con aquella máxima, reconociendo sólo a sus fieles y desconociendo a los que pertenecen a otra secta?
Los grandes pueblos del mundo que pregonan civilización y adelanto, ¿podrán decir que espiritualmente han alcanzado progreso y han cumplido aquella enseñanza de Jesús, cuando todo su afán es prepararse para la guerra fratricida?
51 ¡Ah Humanidad, que nunca habéis sabido estimar el valor de mi palabra, ni habéis querido sentaros a la mesa del Señor porque os ha parecido demasiado humilde! Sin embargo, mi mesa os sigue esperando con el pan y el vino de la vida para vuestro espíritu.
53 Mi amor habrá de venceros; no poseo otra arma. Si creéis que también me valgo del dolor para doblegaros y venceros, os equivocáis; el dolor lo creáis vosotros y con él os hacéis justicia. Yo soy el que viene a salvaros del dolor y de la muerte.