HUMANIDAD
Parte 5
En la época en que el hombre vivía en cuevas
también se mataban unos a otros, ¿En donde está la diferencia de la humanidad de ahora y la de aquellos días? ¿Dónde está el adelanto de vuestra civilización de la que tanto os enorgullecéis? ¿Por ventura es una prueba de adelanto y de civilización el negar mi existencia, mi amor y mi justicia?
No estáis entonces más adelantados que los hombres primitivos, que supieron descubrir en cada elemento y en cada maravilla de la Naturaleza la obra de un Ser Divino, superior, sabio, justo y poderoso, al que atribuyeron todo bien, todo lo existente, y por eso lo adoraron. A través de una inteligencia naciente trataban de comprender lo que sus sentidos corporales recibían. ¿Qué culto perfecto podían ofrecerme? ¿Qué comprensión plena podían tener de la verdad? Sin embargo, su asombro, su fe y su culto eran recibidos por Mí como las primicias de un extenso campo que mi Espíritu habría de cultivar a través de los tiempos.
Sin embargo la humanidad de este tiempo, tiene muchos dioses, el oro, el poder, los títulos, la, riqueza, las bajas pasiones, el materialismo. ¡Cuánto se ha rebajado la humanidad en su materialismo! ¡cuánto ha tenido que llorar por su indiferencia hacia lo elevado, lo puro y lo verdadero! Os enseñé a dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar, mas para los hombres de hoy, sólo existe el Cesar y a su Señor, nada tienen que ofrecerle: Si al menos dieses al mundo lo justo, vuestras penas serían menores; pero el Cesar que habéis puesto delante de vuestras acciones, os ha dictado leyes absurdas, por lo tanto, La humanidad, ya está espiritual y moralmente cansada de tanto dolor y todo esto va haciendo que en su corazón vaya tomando cuerpo un anhelo de liberación, de paz, y de una vida mejor, y en el fondo de su ser se pregunta: ¿Cuándo tendremos un poco de paz y de tranquilidad? ¿Cuándo viviremos libres de angustias y temores? ¿Cuándo habrá armonía y comprensión entre quienes habitamos este mundo? ¿Cuándo dejará de haber suicidios y asesinatos y cuando terminará tanta maldad y dolor?
¿Cuándo llegarán los hombres a vivir en la moral y en la virtud? ¿Cuando vereis el respeto mutuo entre padres e hijos y entre esposos,? ¿Cuando volvereis a ver inocencia en los niños, pureza en las doncellas, rectitud en los varones, dignidad en los ancianos, justicia en los jueces, magnanimidad en los gobernantes, en una palabra, amor entre los hombres?
Es bueno que suspiréis por todo lo bello y sano de la verdadera vida, sin embargo Yo os digo humanidad: ¿Qué hacéis por evitar tanto dolor? Yo os digo: Cuando aprendáis a mirar fuera de vosotros mismos, cuando el orden de vuestra vida cambie, cuando desaparezca el egoísmo, la soberbia, el orgullo, la vanidad, cuando no se lastimen los sentimientos. Cuando sepáis amar verdaderamente de todo corazón. Cuando oréis sin distinción de razas, y credos, cuando no toméis lo que no sea vuestro, cuando tengáis armonía en vuestro hogar, cuando sepáis dar gracias a Dios por todos los bienes recibidos.
Cuando la regeneración, la verdadera caridad, el perdón y la verdad formen parte de vuestra vida. En una palabra, cuando dejéis manifestar el amor que hace mucho tiempo se os enseñó. Cuando la ingratitud, se aparte de vuestro corazón, cuando tengáis nobles pensamientos. Cuando os acordéis y oréis por los seres que están distantes de vosotros, pero muy cerca del dolor. Recordad que quien diariamente se examine, tendrá que mejorar su manera de pensar, de hablar, de vivir, de sentir, de pedir y de agradecer. Yo quiero que sea el amor de Dios el que os enseñe el camino y la finalidad de vuestra vida; pero vosotros habéis preferido que sea el dolor el que os enseñe. Ya pasaréis de ese amargo maestro a recibir las lecciones del que os enseña con dulzura.
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