HUMANIDAD
Parte 6



La furia de los elementos ¿castigo divino?


¡No! Los elementos de la Naturaleza, a imitación de una campana sonora, están despertando a la humanidad que duerme invitándola a orar y a meditar; los que no entienden esa voz es porque están turbados o sordos a estos mensajes. Hoy aún atribuyen estas manifestaciones a simples fenómenos de la Naturaleza, o al acaso. Sin embargo, llegará el momento en que los ministros de las religiones y los hombres de ciencia y del poder, se pregunten y mediten llenos de temor: ¿Será en verdad la justicia del Señor que llama a nuestras puertas? ¿Será el tiempo de su presencia entre nosotros?

¿Miráis el desequilibrio de los elementos de la Naturaleza y el trastorno que han sufrido? ¿Os dais cuenta de cómo sois tocados por sus fuerzas desatadas? ¿cuál es la causa o el motivo? Es que la humanidad, ha roto la armonía que debe de existir entre la vida espiritual y la vida humana, ha roto la paz entre ella misma y con toda la creación, provocando con ello ese caos en que os vais hundiendo, por lo tanto, no debe sorprenderse del justo reclamo y protesta de los elementos, por tanta profanación.

Esta armonía entre el hombre y los elementos, se ha roto, porque la humanidad, todo lo ha profanado, empezando con la Ley Universal. Ya nada respeta, ni así misma, mucho menos a sus semejantes, tolera y propaga el mal en todas sus formas. Cuando los elementos manifiestan su descontento con el hombre, La humanidad en su ignorancia espiritual, atribuye a injusticia divina lo que actualmente acontece y eleva sus rezos y plegarias para conmover el Espíritu de Dios para que el mal desaparezca.

Nunca se había encontrado la humanidad tan insensible, sorda y ciega para todo lo divino, lo espiritual y lo eterno, como en estos tiempos. Mas debéis de tener cuidado, Pueblos de la Tierra, porque si continuáis haciendo uso de vuestro libre albedrío, recibiréis cuando menos lo esperéis, la respuesta dolorosa y justiciera. Provocáis al aire, al fuego, a la tierra, al agua y a todas las fuerzas y ya sabéis cuál será vuestra cosecha si no rectificáis a tiempo para detener a los elementos desencadenados por vuestra insensatéz. Os advierto que estáis llegando a colmar la medida que permite mi justicia a vuestro libre albedrío, estáis provocando demasiado a la Naturaleza.

En su soberbia los hombres han querido someter a la misma Naturaleza y a sus elementos sin darse cuenta de que ellos se tornarán en jueces para castigar el orgullo y la temeridad humanas. La fuerza de los elementos será la voz que despierte a los hombres que se obstinan en vivir en tinieblas, y no será que Yo venga a juzgarlos, serán ellos los que caigan en la justicia por sus propios actos Este mundo que debiera ser el hogar de una sola familia, que abarca a toda la humanidad, es motivo de absurdos errores, ambiciones, traiciones y guerras.

Breve análisis del tema



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