HUMANIDAD
Parte 16



El amor, compendio de los atributos divinos


En lo más íntimo de cada criatura existe una fibra de amor, que al ser tocada, vibra. Es menester llegar a ella por el camino de la ternura y de la caridad, para que despierte y haga sentír al corazón algo de lo que Dios siente por cada uno de sus hijos: ¡Amor! En verdad os digo que existe frío en el corazón de los hombres, porque han huido del verdadero amor. Es como esos hogares en donde se ha apagado la llama sagrada de los afectos, ya sea entre esposos, entre padres e hijos, o entre hermanos. Están juntos sus cuerpos pero sus espíritus están distantes. ¡Qué grande es su vacío, cuánta su soledad y que frío en el interior de aquellos hogares!

El amor es el principio y la razón de vuestra existencia. ¿Cómo podéis vivir sin amor? Sin embargo, existen muchos que llevan en sí la muerte y otros que están enfermos tan solo por no amar a nadie. En verdad os digo que lo único que puede salvaros, es el verdadero amor, porque en él existe sabiduría, sentimientos y elevación. El que por amor procura ser Util a sus semejantes, se consagra al bien en alguna de las múltiples sendas que ofrece la vida.

Existen muchos que llevan en sí la muerte y otros que están enfermos tan solo por no amar a nadie. El Bálsamo que ha salvado a muchos, ha sido el amor. En todo instante, vibráis mental o espiritualmente, pero las más de las veces inspiráis egoísmo, odio, violencia, vanidad, bajas pasiones; herís y sentís cuando os hieren, pero no amáis y por lo tanto no sentís cuando os aman y con vuestros pensamientos insanos vais saturando de dolor el ambiente en que vivís, llenando de malestar vuestra existencia. Y Yo os digo: saturad todo de paz, de armonía, de amor y entonces seréis felices.

En verdad os digo que todo lo grande y lo bueno que existe en el espíritu, jamás lo habéis dado porque ni siquiera lo conocéis. Todos creéis haber amado en vuestra vida, y Yo os digo: Ha habido quienes han amado verdaderamente, mientras que otros, confunden las pasiones y el egoísmo con el verdadero amor. Para vosotros el amor es una bella palabra pero hasta hoy, no habéis comprendido su verdadero sentido. Cuando os hablo de amor, me refiero al lazo divino que une a todos los seres, no me refiero al amor como lo entienden los hombres. Donde hay egoísmo o bajas pasiones no existe el verdadero amor.

Desde la infancia hasta la ancianidad, tenéis claros ejemplos de todo lo que se logra con el verdadero amor y de las penas que originan la falta de caridad; pero vosotros mas insensibles que las rocas, no habéis aprendido las enseñanzas y ejemplos que os da el diario vivir.

¿Habéis observado alguna vez como las mismas fieras, responden mansamente a un llamado de amor? Pues de la misma manera pueden responder los elementos, las fuerzas de la naturaleza, todo lo que existe en el mundo material y espiritual.

Empezad a practicad esta virtud los que hayais permanecidos insensibles y alejados de esta la caridad, del amor, y del bien, que son la esencia de una vida espiritual. Para descubrir y comprender mis mensajes, necesitáis primero ser bondadosos y mansos de corazón, virtudes que existen en todo espíritu desde el instante de su formación.

Conoced vuestras facultades y sentimientos. No confundáis los sentimientos puros con las bajas pasiones. El amor es una simiente divina que no morirá jamás, está permanece oculta en lo más recóndito del hombre y que si hasta ahora no ha germinado, es porque no ha sido regada con el agua de la verdad, porque el riego que ha recibido, ha sido de aparente amor, egoísmo, falsedad, hipocresía, vanas palabras de luz, es lo que día tras día recibe el corazón de la humanidad.

Hoy vuestro corazón se encuentra endurecido por el egoísmo, mas cuando vuelva a hacerse sensible a toda inspiración espiritual, sentirá amor por sus semejantes y experimentará el dolor ajeno como si fuese propio. Entonces seréis capaces de cumplir con el precepto que os dice "Amaos los unos a los otros" El que por amor procura ser útil a sus semejantes, se consagra al bien en alguna de las múltiples sendas que ofrece la vida.

Buscad a los que os aman y a los que os aborrecen, amad la vida a la que habéis llamado cruel sin saber que es como un libro abierto, lleno de sabiduría para vosotros. Existen muchas formas de hacer el bien, de consolar y de servir, todas son expresiones del amor que es uno sólo, del amor que es sabiduría del espíritu. Amad con el espíritu, amad con el corazón y con la mente. Sabed conmoveros con las alegrías así como con las penas de los demás. Cuando más sintáis ese amor en vosotros, mayor será la salud que derraméis sobre las heridas. Es verdadero bálsamo el que resucita al espíritu decaído, y es perfume que embalsama la vida de los que lloran.

Ved como el verdadero amor, no anida en el corazón de los hombres, ellos aman, con un amor egoísta que destruye aún su propia vida, porque la pasión es como un gusano que corroe los mejores sentimientos. Si comprendieseis y sintieseis mis enseñanzas, correría amor por vuestras venas, amor hacia vuestros hermanos, que son parte mía pero estáis muy lejos de amaros los unos a los otros y de ello dais pruebas con casi todas vuestras obras.

El que aprende a ser bueno por medio de la divina enseñanza que mi Doctrina encierra, tendrá que ser semejante al pan que se parte en la mesa para repartirlo a todos los que a ella se acercan a comer. Cuando haya amor en vuestro espíritu y lo hagáis sentír a vuestros semejantes, entonces veréis realizarse los prodigios. Ese bálsamo resuelve las grandes pruebas, enciende la luz, calma las penas, funde las cadenas que oprimen. Quien no conoce el verdadero amor, no podrá hacerlo sentir a sus hermanos; mas el que sabe sentirlo, ése da testimonio de Mí y encuentra gozo haciendo con sus hermanos lo que el Padre ha hecho con él.



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