HUMANIDAD
Parte 18



¿Es forzoso amar para salvarse?


¡No! no es forzoso porque el verdadero amor, no se da por la fuerza, debe brotar natural y espontáneamente. El amor no se aprende, sino se siente, se lleva dentro y vos, como todas las criaturas, al ser formadas han recibido todos sus dones y atributos. ¿Dudáis de que esta humanidad, pueda salvarse por amor, si es precisamente de lo que carece? Reconoced entonces que conociendo vosotros mismos algunas de la virtudes del amor espiritual, no lo sentís y por eso no podéis comprender el por qué de todo lo que llamáis milagro o misterio y que son las obras que hace el divino amor.

A Jesús le atribuís muchos milagros y de cierto os digo, que sus obras fueron el efecto natural del amor, de esa divina fuerza que estando latente en cada espíritu, vosotros aun no la sabeis usar, porque no habéis querido conocer la virtud del amor. ¿Qué existió en todos los prodigios que realizó Jesús, sino amor? ¿Qué enseñanzas os dió Jesús, que no fuesen de amor? ¿Qué ciencia, prácticas o conocimientos misteriosos empleó para dejaros sus ejemplos de poder y sabiduría? ¡Sólo la dulzura del amor con la cual todo se puede hacer!

Bien sabeis que mi Ley os enseña a amarme antes que a todo, no porque el corazón del Padre encierre egoísmo, sino que debéis comprender que para que podáis amar a la creación y a vosotros mismos, tenéis que comprender mi amor a través del vuestro, para poder sentirlo por vuestro hermano. Quiero que vuestro amor llegue a ser universal pero en Mí, amándome primeramente a Mí, amándoos los unos a los otros y amando después a todo lo creado por el Padre, a todas las criaturas, obras perfectas hijas del Padre y por lo tanto hermanas vuestras

Cuando os digo: "Amadme" ¿Sabeis que es lo que quiero deciros? ¡Amad la verdad, amad el bien, la luz, amaos los unos a los otros, amad la vida verdadera. Aprended a amarme, mirad cómo mi amor, a pesar de vuestras ofensas y pecados, os sigue por doquiera sin que podais apartaros de su influencia o huir de él. Ved cómo mientras mayores son vuestras faltas, más grande es mi misericordia por vosotros. ¿Quienes son los que me aman? En verdad os digo; sólo Yo lo sé. Hay quienes me aman y no lo saben y existen quienes creen amarme y hasta de ello hacen alarde y en realidad no me aman

Ya es tiempo de que el hombre me ofrezca su tributo de amor como lo hacen todos los seres de la creación. Hasta ahora la humanidad sólo me ha ofrecido la hiel y el vinagre que el centurión acercó a mis labios en la hora de mi agonía. Tengo sed no sólo de vuestro amor, sino de vuestra comprensión. ¿Cuál es el idioma del espíritu? Es el amor, es el idioma Universal de todos los espíritus. ¿No veis que también el amor humano habla? Muchas veces no necesita palabras, habla mejor con hechos y con pensamientos. Si así se manifiesta el amor humano ¿Cómo será vuestro lenguaje cuando os perfeccionéis en mi Ley? Nada hay contradictorio en las leyes del Padre, sencillas por sabias y sabias por estar saturadas de amor.

Algunas veces volvéis vuestro pensamiento a Mí cuando os sentís agradecidos por los beneficios recibidos, pero no habéis comprendido aún que el mejor homenaje que vuestra gratitud pueda ofrecerme es el de ese amor entre hermanos, del que tanto habla mi Doctrina. Por eso os digo que todo lo bendigáis con amor en el nombre del Padre y Creador del Universo.

Bendecir es sentir el bien, decirlo y entregarlo. Bendecir es impregnar todo lo que os rodea de pensamientos de amor. No olvidéis que vuestro origen está en mi amor. El amor es el principio y la razón de vuestra existencia, ¿Cómo podéis vivir sin ese amor, humanidad?

Amad a vuestro Dios y a vuestros semejantes porque en ello radica la comprensión universal. Bienaventurados los que saben llorar de amor porque esa es la prueba de que su espíritu y su corazón viven en armonía. En verdad os digo que el amor es la potencia inmutable que mueve al Universo. El amor es el principio y la esencia de la vida.

He ahí que vosotros nacisteis por amor, existís por amor, sois perdonados por amor y sereis en la eternidad por amor. Humanidad: sed tengo vuelvo a deciros, sed de que os améis los unos a los otros!



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