De Consejo de Elías 18

01.- Oh, rebaño amado, el Pastor se apacienta entre vosotros con amor infinito, para daros su calor y para deciros que reclinéis una vez más vuestra frente cansada en su regazo.

02.- Desciendo entre vosotros para señalaros el puerto de salvación, porque sois los pequeños que todavía podéis naufragar en el mar embravecido de la perversidad humana. (LVV-E57:74)

03.- Reconoced y recibid al Divino Maestro que viene entregando su enseñanza por conducto del entendimiento humano; ¡grande es su amor! Mas he aquí que vosotros no alcanzáis a comprender ese amor y esa enseñanza Divinos.

04.- No os apartéis un solo instante de la secta, aprovechad hasta el último momento de este tiempo de gracia en que el Espíritu Santo se derrama por el entendimiento del hombre, atesorad hasta la última silaba de la Divina Enseñanza; mirad que si así no lo hacéis, en el mañana vuestro espíritu podría lamentarlo.

05.- Este es el camino perfecto, el camino limpio: transitad por él con fe y fortaleza.

06.- El Padre mismo os va conduciendo por ese camino para que, llegando el mañana y cuando el reloj marque el instante en que os presentéis ante Él, no lleguéis con las manos vacías de méritos, sino plenas de todo aquello que hayáis aprendido y avanzado en vuestra jornada terrestre.

07.- Oh, rebaño bendito, si los unos no han contemplado en su sendero el prodigio que han solicitado, es porque no han sabido orar, no han sabido pedir para alcanzar la gracia infinita. (LVV-E324:56) (Mt.7:7)

08.- Como al tierno niño, una vez más os apaciento en el banquillo para que repaséis la lección que se os ha confiado en vuestro propio espíritu.

09.- No opaquéis la Luz que en vosotros lleváis, por la falta de estudio y análisis a la Ley divina, porque el mañana podría llegar a estremecerse vuestro corazón por las pruebas, y os podríais encontrar ignorantes siendo que habéis sido aleccionados por el Divino Maestro.

10.- El que no estudia y analiza la Divina enseñanza y la Ley, acaba por debilitar en el camino, porque no sabe encontrar en ellas la pureza y la gracia que contienen, y por ello encuentra el dolor. (LVV-E73:17)

11.- He aquí que venís delante del Pastor con la amargura a flor de labio, con la queja en el corazón y tiritando de frío, cuando he hecho jirones mi manto amoroso para cubriros, y os he tendido la mano para levantaros de los diversos caminos donde habéis herido vuestra planta.

12.- Y se sorprende vuestro corazón, al palpar que el Pastor cerca se encuentra de vosotros, no para delatar vuestra causa o malos pensamientos, no, sino para ayudaros a limpiar vuestro corazón y apartarle la venda de oscuridad para que pueda contemplar con claridad el camino verdadero.

13.- Unos, me hacéis presente vuestro llanto, otros vuestra incredulidad, y otros más vuestra curiosidad por comprobar si es cierta la comunicación de la Divinidad por medio del entendimiento humano.

14.- Mirad, recorred vuestra vista espiritual por encima de las heridas que os ha dejado la falsedad humana, y ved cómo el Espíritu Santo se ha derramado sobre su pueblo: los ciegos han visto, los muertos a la vida de la gracia han resucitado, y los perdidos han sido hallados.

15.- ¿Qué más señales podrá pedir el hombre? ¿qué más testimonio ha de pedir la humanidad a su Dios y Señor?

16.- Soy Elías, el Rayo de Dios que escudriña los corazones para escuchar en ellos el ruego íntimo y el llanto profundo; mi mano espiritual toca los corazones así necesitados, para derramar en ellos el bálsamo sagrado, y para depositar en el espíritu amor y caridad. (LVV-E53:44)

17.- En vuestra oración, me hacéis presente vuestras cuitas y me decís: "Pastor, si en verdad la gracia infinita de mi Padre se derrama en vos, os confío bajo vuestro cuidado mi hogar, y os pido por los míos que se ah levantado por los diferentes caminos en busca de los placeres terrenales, donde sólo encadenan a su espíritu y le manchan".

18.- Y el Pastor recibe vuestra petición, y os dice: "No temáis, porque si grande es vuestra fe, yo tomaré a los vuestros de la mano y les depositaré en el camino de perfección, donde sus pasos no se volverán a desviar".

19.- Mas es menester que preparéis en vuestro corazón el santuario grato a la mirada infinita del Padre, santuario donde no sean el llanto y la queja hacia la Divinidad, sino que estén presentes en él vuestras obras y el cumplimiento encomendado a vuestro espíritu.

20.- Id por los caminos y tomad vuestro hermano de la mano para acercarle a la Fuente de la Gracia; ved que la hora presta para sembrar la semilla ha llegado. (LVV-E73:6)

21.- El Señor cuentas ha de pediros de la misión encomendada a vuestro espíritu, ¿le habréis de mostrar, por ventura, la semilla sin esparcir en la mano y la palabra de consuelo que callada se quedó en vuestro labio?

22.- Os quiero contemplar afanosos en el camino, rebaño amado, sin que pueda haber barreras que os puedan detener, fuertes como mi Padre os ha nombrado y potestado.

23.- No tenéis de por que temer al mundo, no tenéis por que sentiros débiles, no tenéis por que sentiros pequeños ante la humanidad, porque el Padre como sabiduría perfecta se derrama en vuestro corazón.

24.- Si el dolor, la flaqueza y las pruebas os acometen a vuestro paso, no es por que el Señor así lo haya dispuesto, sino es porque no habéis estudiado, analizado y vivido su Ley.

25.- Ved que el dolor que os hace estremecer, día a día lo habéis labrado.

26.- ¿Queréis que os entreguen las llaves del trabajo? Orad.

27.- ¿Queréis que el alivio a vuestras enfermedades y dolencias? Orad.

28.- ¿Queréis fortaleza y ánimo para la lucha? Orad.

29.- ¿Queréis que la Fuente de la gracia derrame sobre vosotros sabiduría, esencia y amor? Orad, orad, orad.

30.- Elevad vuestra plegaria espiritual en cada trance de la vida al que os enfrentéis, orad en todo momento en que sintáis que os llega la tentación, poned vuestro pensamiento y vuestro corazón más allá de las cosas de este mundo, para que así os pueda llegar la luz que disipe toda tiniebla.

31.- Mas recordad, la oración sin vigilia, nada puede; velad, estad alerta, y vuestra oración será poderosa y efectiva.

32.- Tomad en la mano la hoja de la Ley, estudiadla y analizadla, y levantaos a cumplir con ella, mas tened en cuenta que, para poder estudiar y analizar correctamente lo espiritual, es menester desprenderse del ambiente material que os rodea, para que así penetréis en pensamiento y en espíritu en las regiones de la Luz.

33.- El Padre no os ha venido a pedir perfección sino cumplimiento, yo, como Pastor, desciendo a iluminar vuestro entendimiento y vuestro espíritu, para que con celo escudriñéis la Ley. (LVV-E265:6)

34.- Seguid escuchando incansablemente este concierto de la Trinidad Sagrada, del Dios Verdadero que se ha manifestado en los Tres Tiempos. (Ap.19:17)

35.- Venid a tomar de los manjares más hermosos y del vino de la Voluntad Divina; sentaos a la mesa celestial, donde espera a vuestro espíritu su verdadero alimento. (LVV-E187:56)

36.- Mirad que es éste el último Tiempo en que la Divinidad ha de descender entre vosotros, es ésta la última oportunidad para la salvación del espíritu de la humanidad, y ya es tiempo de que Israel se levante a hablar a las multitudes acerca de este poder infinito que está manifestado entre vosotros.

37.- Mirad que el Señor no quiere que seáis los avaros, no guardéis este tesoro únicamente para vosotros, sino que es vuestro deber ineludible el entregar a vuestros hermanos esta palabra infinita que viene del Más Allá, y que encontrándose hoy repercutiendo por el entendimiento humano, mañana se os ha de entregar de espíritu a Espíritu. (LVV-E57:68)

38.- El Señor no quiere sacrificios, el Señor quiere corazones; el Padre no pide penitencias, pide misericordia. (Isa.58:5-12)(LVV-E278:18)

39.- En el rincón de la alcoba elevad vuestra oración, y el Señor ahí estará con vosotros, pedid con limpio corazón por aquel que llora y gime, olvidaos de los vuestro propio, porque si vosotros os ocupáis de vuestro hermano, el Maestro se ocupará de lo vuestro.

40.- No sois ya el menesteroso, habéis sido desde el Primer Tiempo el Israel de la Luz, el escogido de Su Mano providente.

41.- En el Primer Tiempo os escogió y marcó con la sangre del corderillo inocente; en el Segundo Tiempo os renovó el pacto con la sangre del Cordero inmaculado, y hoy, en este Tercer Tiempo, os pone el Señor la marca invisible en el frontal espiritual, para que cuando os haga Él el llamado, representen los lados de ese triángulo simbólico la Luz, la sumisión y la obediencia. (Ex.12:1-14; Jn.1:29; Ap. 7:3-8)

42.- En este Tercer Tiempo ya no habréis de entrar en la tierra de Canaán, sino que es la Nueva Jerusalén, la novia engalanada, la que os espera en lo infinito y en lo invisible; es esa la Tierra Prometida, la patria espiritual a donde habréis de conducir a vuestra hermana humanidad, porque sois vosotros los indicados para colaborar con vuestro Padre en la salvación del Universo entero. (Ap.21:9-27) (LVV-E318:7)

43.- Guardad estas humildes palabras en el fondo de vuestro corazón, para que, en el mañana, cuando habléis a las multitudes, tengáis un tesoro que compartir, una sabiduría que entregar.

44.- Orad por los que lloran, orad por los que sufren, orad por las naciones, orad por el Universo entero.

45.- Recordad que en el Primer Tiempo, Moisés, el enviado de mi Padre Eterno Gran Jehová, os hizo orar en la víspera de la partida de Israel hacia la Tierra Prometida, misma que habréis de alcanzar en este Tercer Tiempo; Canaán fue tan sólo una metáfora, porque la patria de Israel no es material sino espiritual. (Ex.12:27)

46.- No busquéis más al Señor en la idolatría; el Divino Maestro os enseñó desde el Segundo Tiempo que al Padre habréis de adorar en espíritu y en verdad, no sois ya el ignorante para que os postréis ante ídolos, sino que lleváis la Luz del Espíritu Santo. (Ex.20:4-6)

47.- Amaos los unos a los otros, como el Maestro os enseñara tiempo ha, olvidad las rencillas, perdonad las ofensas, lo que ayer fuisteis, no lo seáis hoy. (Jn.4:23; Jn.15:12) (LVV-E79:6)

48.- Sed el Israel sumiso y obediente, el pueblo que analiza y comprende lo que es esta Divina Revelación en este Tercer Tiempo.

49.- Ved cuán hermosa es la Ley, cuán Divina y blanca como los campos de la nieve; no la mezcléis, pues, con lo vano y lo superfluo; comprended que no se os puso la Ley como freno para vuestra pasiones, sino como senda de perfección. (LVV-E118:89-90)

50.- Aunque no habréis de encontrar riquezas materiales en este camino, no os faltará nunca el pan de cada día, no os hará falta la techumbre para cubriros a vosotros y a los vuestros, porque el Señor no os quiere andrajosos sino humildes, humildes en el espíritu y en el corazón.

51.- No lloréis más por los caminos, Israel, porque sois el bendito del Señor, levantaos con ahínco.

52.- Aquel de vosotros que haya faltado a la Ley, comuníquese de espíritu a Espíritu pidiéndole al Señor el perdón por tan innumerables faltas conocidas y sin conocer; mirad que en el Más Allá, Su Ojo avizor contemplando está al que le ama en espíritu y verdad, para en él derramar su inspiración y su efluvio Divino.

53.- Si sois padres, corderos amados, dad el ejemplo y la buena enseñanza, y si sois hijos y gozáis de la presencia de vuestros padres en este mundo, corderillos amados, veneradlos, obedecedles y honradlos; si han partido al valle espiritual, rendidles homenaje con vuestra vida limpia y vuestro cumplimiento de todos los días, y así, haréis que al presentarse ellos ante el Padre, lleven al menos la cosecha de esa buena simiente que sois vosotros.(LVV-E9:19)

54.- Tened caridad de vuestro propio espíritu, y lo que fuisteis ayer no seáis mañana; mucho, mucho ha de llorado vuestro espíritu y no sabéis cuántas reencarnaciones habéis tenido.

55.- Hoy, en este Tercer Tiempo en que el Padre está haciendo el llamado para poner su Triángulo Divino en vuestro frontal, haced méritos para que sea ésta vuestra última reencarnación. (LVV-E95:5)

56.- Haced que el Divino manjar en vosotros fructifique, escuchad a los apóstoles que entre vosotros tenéis en este Tiempo, y amaos los unos a los otros.

57.- Sed como es el Padre Eterno, que se derrama lo mismo sobre los que le aman como sobre los que blasfeman; todos son sus hijos, y no ve mancha en ninguno de ellos, a todos les envía lo que les es menester. (Mt.5:45) (LVV-E319:50)

58.- No miréis mal a nadie, dad a cada quien lo de cada cual; cuando alguien os ofenda, alzad vuestra buena voluntad al Reino de los Cielos y pedid perdón para él [que os ofende], a imitación de vuestro Maestro quien en la cruz del sacrificio, rogara por sus verdugos. (Mt.5:44; Lc. 23:34) (LVV-E99:53)

Que mi paz de Pastor quede con vosotros.

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